“Dios no se ha quedado fuera de estas paredes, nadie puede impedir a Dios llegar al corazón del hombre y por eso ustedes están aquí con Él, porque a pesar de los pecados que cada uno pueda tener, su amor es más grande”, fueron las palabras de Mons. Javier Del Río a los internos del Penal de Varones de Socabaya, en la Misa que, con motivo de la cercanía del Día del Padre, celebró con ellos el viernes 16 de este mes, en la que estuvo acompañado del P. Juan Carlos Armejo, Capellán del Penal, los PP. Bernardo Cerpa y Josué Castillo y el equipo de laicos de la Pastoral Penitenciaria.
El Pastor mencionó también que ese día se celebraba la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. “Les pido que se acojan a este corazón que les ofrece Jesús, quien entiende mejor que nadie los padecimientos que puedan pasar en este recinto. Les pido que entre ustedes se animen, se protejan y se quieran, con un cariño de hermanos, de quienes están pasando por las mismas condiciones”, manifestó al final de su homilía.
Después de la celebración eucarística, acompañado por la Directora Regional del INPE Lic. Jenny Ramos Sosa y el Director del Penal Lic. Jhon Pinedo Ureta, Mons. Javier hizo un recorrido por la prisión, durante el cual visitó el Programa DeVida que promueve la rehabilitación de internos, casi todos jóvenes, que son víctimas de las drogas y otras adicciones. Los animó a perseverar en el programa y les anunció que ha nombrado un capellán específico para ellos, quien contará con la asistencia de un diácono para fortalecerlos en la dimensión espiritual. Los jóvenes reclusos expresaron su agradecimiento y ofrecieron un número artístico a los visitantes.
El Arzobispo visitó también los talleres del programa Cárceles Productivas, en los que se desarrolla emprendimientos de alimentos, cultivos hidropónicos, carpintería en madera y metal, artículos de metalmecánica, tejido, corte y confección, además de zapatería y otros artículos de cuero. El producto de los talleres es vendido a diversas empresas o en ferias, con lo cual los internos obtienen beneficios penitenciarios y, además, generan ingresos para cubrir sus gastos y colaborar en el sostenimiento de sus familias. Mons. Del Río los alentó a continuar esforzándose en su proceso de reinserción en la sociedad y exhortó también al personal del INPE a continuar ayudándolos en su rehabilitación.
