Cientos de miles de personas se congregaron el martes 18 de octubre en los exteriores del Santuario Las Nazarenas para participar de la Eucaristía que presidió Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, en honor al Señor de los Milagros: «Este paso firme, este camino que vamos a hacer con el Señor de los Milagros, significa, para todos nosotros, el reafirmar que hemos de construir un país sólido por dónde caminar, un país sin tropiezos, sin piedras en el camino que destruyen nuestra vida y no nos permiten salir adelante», dijo el prelado en su homilía.
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Por segunda vez, el Señor de los Milagros salió a recorrer las calles de nuestra capital. En todas partes del país, fieles acuden también masivamente para acompañar al Cristo Moreno, que pasa «callejeando» y «misericordiando», como hace poco nos recordó el Papa Francisco.
Este 2022, el Anda del Cristo de Pachacamilla se mostró revestido con los más de 300 cordones de los cargadores de la Hermandad del Señor de los Milagros que murieron durante la Pandemia.
Amar a Dios y rechazar al dinero como principio de vida.
En la Eucaristía, meditando sobre el Evangelio (Juan 3, 13-17), Monseñor Castillo señaló que Dios ha bajado del cielo como una gracia y un regalo a la humanidad para recordarnos que no se hizo hombre para endiosarse o sentirse superior a los demás: «Es un Señor que hace la voluntad del Padre, que viene de parte del Padre Dios para hacernos hermanos a todos, siendo Él plenamente Hijo, Hijo obediente».
Este año, la Hermandad del Señor de los Milagros ha querido rendir un sentido homenaje a los hermanos cargadores que murieron durante la Pandemia. Es por eso que se colocaron, alrededor del Anda, cientos de cordones en representación de ellos y sus familias. Este gesto, destacó el arzobispo Castillo, «nos permite recordar, volver a meter en el corazón, la huella que nos dejaron durante su paso por este mundo».