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Jr. Estados Unidos 838. Jesús María.
Lima, Perú.

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Con una Santa Misa celebrada en la Basílica Catedral de Piura, el Arzobispo de Piura, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., celebró la Solemnidad de “Nuestra Señora de las Mercedes”, Patrona de nuestra Arquidiócesis, a quien con filial amor y confianza los piuranos y tumbesinos llaman “La Mechita”.

En esta Eucaristía participaron, respetando el aforo permitido y observando todos los protocolos de bioseguridad, los comandantes generales de la Primera División de Ejército, Primera Zona Naval, Ala Aérea N°1 y Macro Región Policial Piura, junto a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas que tienen en la Virgen de las Mercedes a su patrona por ser Ella la Gran Mariscala del Perú. Estuvieron también presentes las más altas autoridades políticas, civiles, militares, diplomáticas y universitarias de nuestra Región, quienes junto a los piuranos se reunieron para ofrecer sus ruegos y oraciones a nuestra Madre, por nuestro querido Perú.

Posteriormente, Monseñor Eguren llegó hasta la Parroquia San Francisco de Asís, en Paita, para celebrar la Santa Misa de Fiesta en honor a nuestra Madre y Reina. En este lugar se venera la hermosa imagen de «La Mechita» y aquí se dieron cita varios Congresistas de la República por Piura, así como las principales autoridades del puerto de Paita, fieles y peregrinos, que llegaron a rendir homenaje a Nuestra Señora de las Mercedes.

Ambas Eucaristías fueron transmitidas a través de la página de Facebook del Arzobispado de Piura, ya que este año continúan prudentemente suspendidas las peregrinaciones, procesiones y demás celebraciones religiosas públicas, con el fin de evitar los contagios del Covid-19 y de esta manera salvaguardar la vida y la salud de las personas.

Durante su homilía, el Arzobispo resaltó: “Hoy 24 de septiembre, rendimos homenaje de amor filial a “Nuestra Señora de las Mercedes”, nuestra querida “Mechita”. Ella nos acompaña y cuida con amor de Madre desde que resonara el primer anuncio de Cristo y de su Buena Nueva en nuestras cálidas tierras piuranas, hace 489 años. Su amorosa presencia en su Santuario de Paita, ha sido y es guía segura en nuestro peregrinar de fe, fuente de auxilio y consuelo en nuestras dificultades y sufrimientos, y aliento y esperanza en nuestros trabajos evangelizadores y sociales”.

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