- Comentario de la Semana [15 de marzo – 19 de marzo]
Hemos leído en el evangelio el pedido de este grupo de griegos, que se acercan a Felipe y le ruegan: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”. Felipe busca a Andrés, y juntos se lo dijeron a Jesús. La respuesta del Señor es reveladora: “Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado”.
La historia del hombre es la historia de un constante “buscador”. Ordinariamente no se resigna a lo que ha podido alcanzar y por eso la civilización avanzó y la tecnología se desarrolló, sobre lo antes descubierto. Pero a diferencia de éstas, la búsqueda de lo espiritual es un camino que se inicia con cada persona: exige decisión propia y crece al abrigo de la comunidad creyente.
Buscar a Jesús y encontrarlo es obtener la respuesta a las inquietudes más profundas del ser humano. Jesús es el Camino: por Él se puede caminar con certeza; Jesús es la Verdad, que ilumina el sentido de la existencia humana; Jesús es la Vida, que da plenitud a la existencia y abre las puertas de la vida eterna.
Hablando del encuentro con Jesús, dice el Papa Francisco: “Los dos de Emaús le abren primero su corazón, luego le escuchan explicar las Escrituras, y entonces lo invitan a casa. Son tres pasos que también nosotros podemos cumplir en nuestras casas: primero, abrir el corazón a Jesús, confiarle las cargas, las desilusiones de la vida; y después… escuchar a Jesús, tomar el Evangelio en mano; tercero, rezarle a Jesús, con las mismas palabras que aquellos discípulos: ‘Señor, quédate con nosotros’: con todos nosotros, porque te necesitamos para encontrar el camino”[1].
P. Guillermo Inca Pereda
Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal Peruana
[1] Papa Francisco, Ángelus del domingo 26 de abril del 2020