Gracias a la colaboración de Cáritas del Perú en convenio con otros organismos, cientos de productores cultivan con éxito este tesoro de la Amazonía.
En las hermosas y calurosas tierras de Pucallpa, el fruto del cacao cosecha historias de vida, esperanza y transformación. En medio de la exuberante vegetación, cerca de 500 pequeños productores del cultivo del cacao orgánico aromático luchan por un futuro mejor, gracias a la colaboración de Cáritas del Perú en convenio con la Cooperativa Agraria de Cacao Aromático Colpa de Loros y el financiamiento de la fundación norteamericana Food For The Poor.
En las comunidades Virgen del Carmen, Nolberth del Alto Uruya, Curimaná, San Juan, San Juan Bautista, Aguaytillo, Nuevo Ucayali, Primavera y Shebonya, pertenecientes a 4 distritos de la provincia de Padre Abad en la región Ucayali, el cacao es más que una planta, es un símbolo de trabajo arduo y economía local, donde los pequeños productores, con dedicación y esfuerzo, cultivan este tesoro de la naturaleza, a pesar de los desafíos que enfrentan día a día.
Por ello, en el 2022, Cáritas del Perú junto a la Cooperativa Agraria de Cacao Aromático Colpa de Loros y gracias al respaldo financiero de Food For The Poor, llevan adelante el proyecto “Mejora de las condiciones de vida de los productores de cacao, aplicando innovaciones tecnológicas para mejorar la producción, el fortalecimiento institucional, sistemas de mercado más inclusivos y acceso a financiamiento oportuno”.
El Ing. Jorge Gordillo Lázaro, coordinador del proyecto explicó que esta iniciativa busca mejorar las condiciones de vida de los productores cacaoteros, que son socios de la cooperativa y que llevan su grano para ser exportado a la empresa francesa Kaoka.
“La idea es incrementar el rendimiento productivo de estos cacaoteros para que puedan llevarlos a una mejora de sus ingresos. Apuntamos a que estos rendimientos lleguen de 800 a 1000 kilos de cacao; utilizando como estrategia la asistencia técnica personalizada, capacitaciones grupales, así como días de campo en el manejo y conservación de suelos y medio ambiente”.
Ernesto Parra, gerente general de la cooperativa Colpa de Loros, indicó que Cáritas viene trabajando para mejorar la productividad de los cultivos de cacao, rehabilitando las plantaciones existentes, que son procesos que requieren atención, porque hay que generar toda una cultura del abonamiento.
Asimismo, añadió “el cacao orgánico no se debe quemar, ni usar químicos, esta bajo sistemas sostenibles, busca atender los problemas sociales, económicos y ambientales”.
El transcendencia de la asistencia técnica
Manuel Hernández Rentería, socio de la Cooperativa Colpa de Loros y participante del proyecto de cacao orgánico aromático destaca el impacto positivo que tiene la asistencia técnica de Cáritas en su vida y negocio.
“Los técnicos de Cáritas son personas preparadas para el campo, que muchas veces me han brindado asistencia técnica un domingo y eso significa mucho para mí. Antes del proyecto yo cosechaba 3 toneladas de cacao, hoy cosecho 3 toneladas y media, a pesar que el año pasado hubo sequía. Además, antes yo vendía en la calle mi cacao, ahora la cooperativa Colpa de Loros me compra en baba mi cacao y para nosotros eso es un beneficio y es más práctico, nos ofrece más dinero que en la calle. Estoy muy agradecido con Cáritas, pues nos hicieron una pasantía para aprender, pues la tecnología va creciendo, no solo en la maquinaria sino en las plantas. Con la asistencia técnica de Cáritas he aprendido sobre las plagas, abonos, poda, producción y el cuidado del ambiente, a través del cultivo de otras plantas como la Capirona”.
Martha Chamaya Correa, socia fundadora de la Cooperativa Colpa de Loros y participante del proyecto resaltó su aumento en su producción y calidad del cacao, que le permite entrar a este mercado tan competitivo.
“Gracias al apoyo técnico de Cáritas del Perú que consistió en capacitaciones, talleres y trabajo de campo logré mejorar mi producción, cosechando de 400 a 800 toneladas de cacao orgánico aromático. Aposté por el cacao orgánico aromático porque es un cacao fino de aroma que sirve para chocolates finos y es una tendencia muy grande para el mercado europeo, y además estamos custodiando lo que es la reforestación y el cuidado del medio ambiente”.
Desafíos del cacao orgánico aromático
Los productores de cacao orgánico para poder vender su producto a la Cooperativa Colpa de Loros, deben cumplir una serie de exigencias, pues llegan al mercado francés, a través de Kaoka, de esto también se encarga el equipo de Cáritas del Perú, evitando desde el campo, que el cacao se contamine con insumos no permitidos que afectan la salud y el ambiente.
María Ramírez Ramos, especialista de monitoreo en el distrito de Neshuya de Cáritas del Perú nos explica sobre cómo apoyan a los productores con este gran desafío.
“Aquí en el ámbito de Ucayali, el socio cacaotero debe cumplir con un cacao orgánico que le permita exportarlo al mercado de Kaoka (Francia), debe cumplir una serie de exigencias, pero a veces los agricultores que son sus vecinos y que colindan con sus parcelas aplican insumos no permitidos que perjudican el cuidado de la salud y ambiental, contaminando el cacao, es ahí donde el área de monitoreo hace la supervisión de la siembra de barreras vivas y especies forestales, de esa manera evitamos la contaminación cruzada en la parcela de cacao, ya que tenemos una exigencia por ser un cacao orgánico”.
Cada historia recogida nos habla de superación y transformación hacia un futuro prometedor.
Mientras el sol se pone sobre los campos de cacao, el aroma dulce del trabajo realizado motiva a estos productores a salir adelante. En cada planta, en cada sonrisa de un productor, se refleja el poder transformador de una comunidad unida y comprometida con el progreso.