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En la calurosa tierra colorada de Pucallpa, el cacao es símbolo de esperanza y transformación. En medio de esta exuberante selva, cerca de 500 pequeños productores del cultivo del cacao orgánico aromático luchan por un futuro mejor, gracias a la colaboración de Cáritas del Perú en convenio con la Cooperativa Agraria de Cacao Aromático Colpa de Loros y el financiamiento de la fundación norteamericana Food For The Poor.

Se trata del proyecto “Mejora de las condiciones de vida de los productores de cacao, aplicando innovaciones tecnológicas para mejorar la producción, el fortalecimiento institucional, sistemas de mercado más inclusivos y acceso a financiamiento oportuno”, que inició en 2022 y busca incrementar la productividad y los ingresos de los agricultores, a través de innovaciones tecnológicas y capacitación especializada.

Además de incrementar el rendimiento promedio de 500 kilos por hectárea, y llevarlos hasta los 1000 kilos por productor, los socios reciben permanentemente asistencia técnica personalizada, capacitaciones grupales, días de campo y pasantías, sobre producción, manejo ambiental y conservación del suelo.

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Esta iniciativa se desarrolla en más de 10 comunidades vulnerables, pertenecientes a cuatro distritos de la provincia de Padre Abad, como son: Neshuya, Curimaná, Von Humboldt y Huipoca, de la región de Ucayali.

La Cooperativa Agraria de Cacao Aromático Colpa de Loros, en colaboración con Cáritas, se ha enfocado en mejorar la productividad mediante la rehabilitación de las plantaciones existentes, promoviendo prácticas sostenibles que respeten el medio ambiente y las comunidades locales.

La asistencia técnica ha tenido un impacto significativo en la vida de los productores. Manuel Hernández Rentería, participante del proyecto, ha incrementado su producción gracias a la formación recibida, pasando de 3 a 3.5 toneladas de cacao, de sus 5 hectáreas, a pesar de las condiciones climáticas adversas.

Mientras que, Martha Chamaya Correa, otra socia de la cooperativa, ha incrementado y mejorado la calidad de su cacao, incorporando a su parcela nuevos clones aromáticos, permitiéndole acceder a un mercado competitivo y en crecimiento, como son los chocolates finos en Europa.

Sin embargo, el camino hacia el éxito no está exento de desafíos. Los productores deben cumplir con estrictas normativas para vender su producto a la Cooperativa Colpa de Loros, que luego lo exporta a Francia a través de la empresa Kaoka. El equipo de Cáritas del Perú supervisa de cerca el cumplimiento de estas regulaciones, evitando la contaminación del cacao con insumos no permitidos.

Cada historia de éxito refleja la perseverancia y el compromiso de una comunidad unida en busca de un futuro mejor.

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