El jueves 19 de noviembre, la Basílica Catedral del Cusco fue escenario de la Santa Misa Crismal presidida por Mons. Richard Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, y concelebrada por todos los sacerdotes del clero diocesano y religiosos de esta jurisdicción eclesiástica, cuidando todos los protocolos de seguridad.
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Si bien la Santa Misa Crismal se celebra habitualmente el Jueves Santo de la Semana Santa, esta fue postergada debido a la pandemia y al Estado de Emergencia Sanitaria declarado por el Gobierno peruano.
Al iniciar su homilía, Mons. Richard Daniel dijo: “No hemos querido dejar de lado, este importante momento para nuestra vida sacerdotal y por eso antes de concluir el año litúrgico, hemos querido reunirnos como presbiterio en esta iglesia catedral, para decirle a Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, que sus sacerdotes de esta iglesia local del Cusco estamos de pie y queremos agradecerle una vez más por ese don inmerecido, que nos ha concedido como un regalo, y para renovar nuestras promesas sacerdotales”.
Además, mencionó que “en nuestro Sacerdocio hoy más que nunca debe de brillar la luz pascual, nuestro Perú hoy necesita escuchar nuevamente la voz del Señor, que le invita a salir de la tumba como Lázaro. En este hermoso proyecto pastoral “Resucita Perú Ahora”, somos los sacerdotes los que estamos llamados a resucitar el ánimo y la esperanza de nuestro pueblo, porque somos portadores de vida y esperanza”.
Para finalizar, pidió a los sacerdotes no ser indiferentes antes los daños causados por la pandemia, además los exhortó a ser sacerdotes samaritanos, sacerdotes con un espíritu pascual y sacerdotes que inviten a nuestro pueblo a una vida de esperanza, con ese espíritu renovado con estas promesas: la fidelidad, la perseverancia y la santidad sacerdotal.