La Conferencia Episcopal Peruana comunica a todos los fieles y a las personas de buena voluntad que ha elaborado el “Protocolo para el culto religioso en tiempos de la pandemia”, a tener en cuenta en la celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos, así como en las reuniones y actividades de las parroquias, atendiendo a las fases que se indican en el mismo.
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Este documento recoge las experiencias de algunas Conferencias Episcopales de Europa y América Latina y se encuentra en total sintonía con las disposiciones de higiene y bioseguridad que ha emitido el Gobierno y las autoridades sanitarias que manejan la Emergencia por el COVID-19.
El presente Protocolo se aplicará cuando el Gobierno indique que se ha terminado la cuarentena y solamente donde se haya levantado la misma, por indicación expresa de la Autoridad Competente, acatando las normas establecidas para este tiempo de pandemia.
Como se recuerda, el pasado 15 de marzo, Gobierno del Perú declaró el Estado de Emergencia Nacional, prolongada hasta el 10 de mayo de este año, a esto se suma el toque de queda de 6:00 p.m. a 5 a.m. y la inmovilización obligatoria los domingos.
Ante esta situación y el avance de la pandemia del coronavirus, la Iglesia en el Perú también suspendió las celebraciones litúrgicas y cualquier tipo de actividad que congregue a los fieles, con el fin de evitar contagios.
El Consejo Permanente desea enfatizar que este Protocolo es un subsidio para los Obispos, el cual será aplicado, teniendo en cuenta que cada Obispo en su jurisdicción tiene la autoridad competente y plena para determinar el inicio de su aplicación y para normar más al detalle este documento, si lo ve oportuno.
En el documento, el Consejo Permanente señala que para la aplicación del Protocolo se cuenta con tres fases, cada uno con una serie de medidas para la “celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos, las reuniones y actividades de las parroquias”.
- La primera fase señala que terminada la cuarentena, se permitirá a los fieles asistir a los templos para las celebraciones eucarísticas dominicales y diarias, pero no de manera masiva, sino en grupos pequeños de acuerdo al espacio del templo, guardando el distanciamiento social requerido y observando las medidas dictadas en el protocolo.
- La segunda fase permitirá «las reuniones de formación catequética y pastoral, conservando estrictamente las normas y criterios organizativos y sanitarios, como aforo, higiene, distancia, entre otros».
- La tercera fase contempla el retorno de «la vida pastoral ordinaria, teniendo en cuenta las medidas que fueren necesarias hasta que se encuentre la solución médica a esta pandemia».