El Obispo de Chiclayo, Mons. Robert Francis Prevost, celebró su séptimo aniversario de su consagración episcopal el pasado domingo 12 de diciembre. Para celebrar esta fecha, se realizó una la Santa Misa en la Iglesia “Santa María” Catedral el 13 de diciembre.
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En su homilía, Mons. Prevost expresó su agradecimiento a Dios por haber sido llamado primero como agustino, luego como sacerdote y como Obispo hace 7 años participando del ministerio sacerdotal de Cristo; sirviendo con generosidad a las parroquias. En la lectura del evangelio, Jesús habla con autoridad y esto nos hace recordar que Jesús mismo ha venido para servir y no ser servido. De igual manera, el Papa Francisco nos dice especialmente a los obispos y también a todos los bautizados que la única autoridad que tenemos es el servicio, es servir, es repetir el mismo gesto de Jesucristo en la última cena que quiso lavar los pies a sus discípulos.
Además, indicó que Dios nos ha llamado a una misión, cada uno debemos de responder a la pregunta cómo vivo mi llamada de Dios, y a nosotros nos pide una auténtica santificación que transforme nuestro ser y no se quede en una forma ritual, sino que sea una auténtica conversión para ser propiedad de Dios mismo. Para el ministerio sacerdotal es un vínculo personal profundo y fuerte con Jesucristo sacerdote, que conozca y ame a Jesús íntimamente. Por esta razón, el consagrado debe ser un hombre de oración un hombre verdaderamente religioso, porque sin una verdadera y fuerte vida espiritual no puede resistir largamente en su ministerio.
Mons. Prevost pidió a la comunidad que sigan rezando por él, por los sacerdotes, religiosos, seminaristas y por toda la familia de esta Iglesia particular de Chiclayo, para seguir sirviendo a la comunidad.
Culminada la homilía, el Obispo de Chiclayo renovó sus promesas episcopales ante el Párroco de la Catedral, P. Jorge Millán Cotrina y pidió que lo apoyen siempre con sus oraciones para que sea un servidor fiel en este ministerio al cual el Señor le ha llamado.
