La Diócesis del Callao dio inicio a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, en la que participaron todas las parroquias chalacas. El Obispo del Callao, Mons. Luis Alberto Barrera, MCCJ; realizó la bendición de las palmas y el recorrido procesional con la feligresía de la zona del cercado de la provincia constitucional.
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Este año, el recorrido comenzó desde la periferia del Primer Puerto, exactamente en la Capilla del Barrio Fiscal N° 5. Luego, desde ese punto, la procesión, encabezada por obispo chalaco, acompañado por el P. Juan de Dios Rojas, y el Padre Joaquín Olortegui, prosiguió hasta la Parroquia “Santa Rosa”, para luego conectar a la Capilla “Virgen de Guadalupe”. Finalmente, culminar en la Parroquia Iglesia Catedral Matriz, en donde se llevó a cabo la Santa Misa.
En la celebración, asistieron cientos de fieles y autoridades, entre los cuales estuvo el Dr. Ciro Castillo, Gobernador Regional del Callao.
Compartimos parte de la reflexión que ofreció Mons. Luis Alberto, durante la homilía en la Santa Misa, en donde destaca la figura del sufrimiento de Jesús, y cómo este aún continúa estando presente en su pueblo.
“Hoy estamos abriendo la Semana Santa con el Domingo de Ramos. Es el único domingo que celebramos la pasión del Señor. En relato que hemos escuchado, se complementa con la actitud de las masas que aclamaban a Jesús, en la entrada a Jerusalén. Quienes luego, también aclamaran la condena del justo, del santo, del inocente. Con esto Jesús asume toda la condición humana y todo aquello que es malo; y se deja matar en la cruz. El profeta nos recuerda a ese servidor sufriente, a ese rostro endurecido por el sufrimiento y recuerda el sufrimiento de la humanidad. Por eso, en el servidor sufriente del profeta Isaías, vemos también el rostro de un pueblo martirizado y crucificado. Esta realidad no es ajena a nuestro tiempo.
Al iniciar esta procesión hemos recorrido esta zona llamada de “Los barracones”, y fíjense ustedes, sigue el rostro sufrido, endurecido de Cristo en las personas, que por años se les ha negado una vida más digna, que por años está condenada al subdesarrollo y a no tener oportunidad. Hemos vistos sus calles, sus casas. También, recorriendo la ciudad de Pachacutec, cuántas situaciones de muerte, de subdesarrollo. La zona de Oquendo, nuestros niños respirando polvo, respiran contaminación. Cristo sigue siendo maltratado en el pueblo crucificado.
No está lejos de nosotros ese sufrimiento de Jesús, esa agonía esa traición de Jesús por aquellos que están cerca.
Hemos escuchado el evangelio, que nos recuerda esa pasión dolorosa de Jesús, que lo comparte también hoy la humanidad, en los pueblos condenados a guerras, al subdesarrollo, al hambre, a la situaciones de enfermedades, que desfiguran el rostro de la humanidad. Todos hemos sido creados para vislumbrar el rostro de ese Dios de la vida, creador, que hace todas las cosas nuevas.
Jesús grita desde la cruz aun, sed de justicia, de oportunidades para la juventud de vida plena para la niñez.
Les invito a todos ustedes hacer de esta semana en el Callao, un tiempo de encuentro con el Señor, de la meditación del misterio central de nuestra fe. La Pascua es el corazón de la fe cristiana, donde hacemos memoria de la pasión, muerte y resurrección del Señor.
Vayamos al encuentro de Cristo, que aun grita en la cruz, y que carga esa cruz pesada, también en nuestra diócesis. Que el señor inyecte en nuestros corazones, la piedad, la fortaleza de los mártires, para saber dar la cara por Jesús, para no traicionar la fe, sino para expresarla y vivirla con plenitud, en el otro, asumiendo aquello que somos, y soñando un mañana mejor, el día de la resurrección, de la puesta en pie del Callao”.