En espíritu de comunión y sinodalidad, en la Fiesta de la Cátedra de Pedro, día importante para la Iglesia Universal, en la Basílica Catedral del Cusco se celebró la ordenación episcopal del Excmo. Mons. Fr. Lizardo Estrada Herrera, OSA, Obispo Auxiliar electo de la Arquidiócesis del Cusco, imposición que recibió de manos del Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo del Cusco, como consagrante principal, y Mons. Edison Farfán Córdova OSA, Obispo Prelado de Chuquibambilla, y Mons. Robert Francis Prevost OSA, Obispo de Chiclayo, Administrador Apostólico del Callao y Segundo Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, como co-consagrantes.
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La celebración contó con la presencia de Obispos provenientes de las diferentes jurisdicciones eclesiásticas del Perú. Durante su homilía, el Arzobispo de Cusco dio la bienvenida al nuevo Obispo Auxiliar en nombre del clero diocesano, congregaciones, instituciones, movimientos, hermandades, catequistas, misioneros, diversas organizaciones parroquiales, niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, quienes de hoy en adelante constituirán su nueva familia.
Es sabido que el nuevo Obispo Auxiliar asume funciones en un tiempo difícil, por lo que el Arzobispo del Cusco le recordó que “nuestro pueblo necesita que sus pastores sean hombres de fe, de una fe profunda, firme, sincera, coherente, dinámica y animosa; una fe que transmita esperanza, pues te ordenas Obispo en medio de un ambiente de dolor y de sufrimiento por motivo de esta pandemia, con nuestro pueblo desalentado y desorientado que necesita de la fe de sus pastores para encontrar sentido en sus vidas y así abrir un camino de esperanza, frente a esta situación de muerte”. Por eso le invocó a ser “un Obispo cercano a nuestra gente, comprensivo, misericordioso, un Obispo en salida, un Obispo misionero al cien por ciento”.
Antes de concluir la ceremonia, Mons. Lizardo Estrada dirigió a la Iglesia Cusqueña unas palabras llenas de alegría, dando gracias a Dios por haber puesto su mirada en él, para servir a su pueblo. Asimismo, agradeció la confianza del Santo Padre Francisco y de manera especial a Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, por la acogida y por la confianza depositada, a quién le expresó su compromiso de ser su colaborador y ayudante.
De igual modo dio las gracias a la Orden de San Agustín de la que es parte y de manera muy emotiva a sus padres, quienes seguramente desde el cielo participaron con alegría y orgullo de este momento.
“Hoy en este nuevo llamado del Señor respondo al igual que San Pedro: ‘aquí estoy Señor para hacer tu voluntad’. Dios me ha llamado, me ha pedido lanzar mis redes y ponerme junto a Él para ser pescador de hombres, con su llamado a la vida religiosa, al sacerdocio, hoy me vuelve a llamar para apacentar su rebaño como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis del Cusco. Señor tú me llamaste para ser instrumento de tu gracia, para anunciar la buena nueva, para sanar las almas; enséñame Señor a configurar la misión de guiar, de cuidar, de sentirte en esta hermosa porción de tu rebaño, no puedo ser Obispo si no hay ejemplo de buen pastor, que conoce sus ovejas y ellas conocen que no ha dudado en dar la vida por ellos, para lo cual es necesaria la cercanía del Obispo”, dijo Mons .nuevo Pastor, finalizando con su compromiso de trabajar por la Iglesia del Cusco y citando al Papa Francisco diciendo “Oren todos por mí”.
Parte de su discurso fue dicho en quechua, inglés e italiano. Momentos antes de concluir la ceremonia, el Excmo. Mons. Robert Francis Prevost OSA, Obispo de Chiclayo, Administrador Apostolico del Callao y Segundo Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, le dio la bienvenida al Colegiado Episcopal de nuestro país, así como recibió el saludo virtual del Nuncio Apostólico en el Perú, Monseñor Nicola Girasoli.
Es preciso señalar que un día antes de su Ordenación Episcopal, el nuevo Obispo Auxiliar del Cusco, realizó la profesión de fe y juramento de fidelidad a la Iglesia en la capilla del Arzobispado del Cusco.