ADN Celam se adentró a la oficina de desarrollo de proyectos del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), para conocer más de cerca la gestión que esta realiza dentro de la Institución en el marco del encuentro de agencias de cooperación, realizado en Bogotá. Esto fue lo que nos compartió su coordinador, el economista peruano, Humberto Ortiz.
Su función en esta dependencia es la elaboración de proyectos para el Celam, clasificándolos en dos categorías: integrales y complementarios. Los integrales son aquellos proyectos grandes que se encargan de apoyar las actividades propias de todos los centros pastorales de la Institución; mientras que los complementarios incluyen los proyectos principales, de acuerdo con las temáticas o necesidades. Aclaró además que esta oficina asesora los proyectos que llegan desde la presidencia del Celam, a nivel latinoamericano y que involucran el quehacer de las 22 conferencias episcopales.
Al respecto de la función de esta dependencia asegura que, es revisar cada proyecto que entra de presidencia, secretaría general o de los centros pastorales, dar sus aportes y sugerir la agencia de ayuda que de acuerdo a la temática puede apoyarlo.
Criterios para el desarrollo de proyectos
“Las prioridades de la Iglesia latinoamericana, son las mismas del Santo Padre, una iglesia sinodal en salida misionera” y estas, dice Humberto, son el derrotero para dar vía libre a un proyecto. Asimismo deben ir enmarcadas en los cuatro sueños del papa Francisco en Querida Amazonía: social, cultural, eecológico y eclesial.
“Entonces todo lo que tiene que ver con esa Iglesia que se compromete con el pueblo de Dios, que asume necesidades de la gente y un plan estratégico en función de desarrollo, son las iniciativas que se contemplan apoyar”, aclaró.
Apoyo a jurisdicciones eclesiásticas y pastorales
Afirmó con orgullo que, por la acción desarrollada en Latinoamérica, el Celam ya tiene ganado un puesto de prestigio entre los organismos de ayuda, por tanto, la relación con ellos es de hermandad y fraternidad.
“Muchas de estas entidades a la vez quieren colaborar con el Celam, porque nuestra Institución tiene una acción de cobertura totalmente latinoamericana, atendiendo las necesidades urgentes de los pueblos más vulnerables”, añadió.
Fue enfático en aclarar que, si bien el Celam apoya a las 22 Conferencias Episcopales, esto no lo hace de manera directa, sino a través de las Jurisdicciones Eclesiásticas, por tanto, los destinatarios son agentes de pastoral y obispos de las Iglesias particulares.
Prioridades desde el ver, juzgar y actuar
También destacó como el Celam a partir de su reestructuración ha ido creciendo en cuanto a la reflexión de temas de coyuntura que están puestos en la agenda pública, como, por ejemplo, el tema de migrantes, promoción de la mujer en la sociedad, la ecología integral, derechos humanos, equidad de género, gobernabilidad, política, entre otros temas de interés para la Iglesia.
En este contexto explicó como el Celam en su reestructuración vio la necesidad de reducir el número de departamentos y agruparlos en centros pastorales, esto en función de aquello que la Iglesia latinoamericana siempre ha tenido como sus prioridades: ver, juzgar y actuar.
El Centro de Gestión del Conocimiento para analizar y estudiar la realidad, en el juzgar; el Centro Bíblico Teológico Pastoral de América Latina (Cebitepal) que está pensado para formar y en el actuar, mientras que todas las redes eclesiales se vinculan con el Centro de Redes y Acción Pastoral; y finalmente está el cuarto, el Centro de Comunicaciones que es trasversal a los otros tres.
“De manera que se han reducido el número, se han focalizado mejor las agendas y se busca la articulación de todo, pasando por lo tanto una estructura mucho más dinámica, más flexible, más ágil para responder necesidades de la Iglesia; no digo que lo anterior haya sido malo, es parte de la historia del Celam, solo que los nuevos tiempos exigen también reestructuraciones y reformulaciones”, especificó.
Desafíos desde los sueños de Querida Amazonía
Para Humberto los desafíos que se plantean desde esta oficina de proyectos van enmarcados en los cuatro sueños propuestos por el papa Francisco en Querida Amazonía: un sueño social, un sueño cultural, un sueño ecológico y un sueño eclesial.
El sueño social, atraviesa en materia política lo que está ocurriendo en todos los países, la no defensa de los derechos humanos, la corrupción, la injusticia; el sueño ecológico, todo lo que tiene que ver con el cuidado del medioambiente y el cuidado de los pobres, en aspectos como el extractivismo, la violación de los derechos de los pueblos indígenas y afros; el sueño cultural, prestar mayor atención al “encuentro intercultural”, que poco se ha valorizado; y finalmente el sueño eclesial, aquí está todo lo relacionado con la sinodalidad ese proceso sinodal que el papa Francisco viene impulsando, estos, concluye el especialista, “son los derroteros que enmarcan la ruta de trabajo proyectado desde la oficina de desarrollo de proyectos del Celam”.
Finalmente, concluye diciendo que la Exhortación post-sinodal «Querida Amazonia» ha sido un documento inspirador para los procesos de reestructuración del Celam y el caminar de toda la Iglesia universal.
“Todo este proceso de la sinodalidad nos está dejando una gran enseñanza y consiste en que la Iglesia debe ser participativa, no solamente es un tema de obispos, que son importantes en la Iglesia, sino de todos los miembros del pueblo de Dios, obispos, sacerdotes, laicos, religiosas, religiosos, diáconos, y especialmente el papel de las mujeres, es tarea de todos”, finalizó.