La Comisión Episcopal de Migraciones ha seguido la invitación del papa Francisco y con motivo de la memoria litúrgica de la sudanesa santa Josefina Bakhita celebrará el VI Día Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata. Junto al Grupo Intereclesial contra la trata, en el que están las redes eclesiales de CONFER, Cáritas Española y Justicia y Paz se organizarán distintas vigilias como la que tuvo lugar ayer en el centro de Madrid.
Una vigilia que para José Luis Pinilla, director del Secretariado, se resume en “siete palabras: secuestro, venta, huida, tatuaje, libertad, África y decisión por la libertad”. Términos que son “resumen de tantas victimas de la trata de personas”. Una jornada en la que contemplar en la santa africana como “muchas veces la vida de muchas mujeres empobrecidas comienza con un secuestro y, tras ser vendidas, huyen. Tatuadas en la piel y en el alma, buscan la libertad diciendo adiós a su África querida –y en otras muchas partes del mundo– para buscar ejercer con rotundidad su decisión de ser libres. Muchas veces. –¡Demasiadas!–, cuando en verdad no tenía que ser ninguna”, apunta.
Para el obispo responsable del departamento, Juan Carlos Elizalde, la existencia de la trata de personas es “una herida a la conciencia colectiva, una desviación del imaginario corriente. Es patológica la mentalidad por la cual una mujer debe ser explotada como si fuera una mercancía para ser utilizada y luego desechada”. El prelado denuncia que “es una enfermedad de la humanidad, una forma equivocada de pensar de la sociedad”.
Por ello, el también obispo de Vitoria, invita, siguiendo el proceso de Bakhita, a “liberar a estas pobres esclavas es un gesto de misericordia y un deber para todos los hombres de buena voluntad. Su grito de dolor no puede dejar indiferentes ni a los individuos ni a las instituciones. Nadie debe darse vuelta para el otro lado o lavarse las manos de la sangre inocente que es derramada en los caminos del mundo”.