“Rechazamos y lamentamos el acto demencial ocurrido en la Capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua, este 31 de julio», expresó el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), a través de un comunicado firmado el 1 de agosto tras el atentado terrorista que sufrió una de las principales catedrales de Nicaragua. Según fuentes policiales, una persona no identificada ingresó al templo y lanzó una bomba molotov que provocó un incendio y destruyó el sagrario y la imagen de la Sangre de Cristo.
PUEDES LEER: Mensaje por el Día Mundial contra la Trata de Personas: «A luchar contra este pecado y delito»
Bajo el título «Iglesia en salida, misionera y sinodal», el organismo eclesial se unió en solidaridad con el Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo José Brenes, y con la comunidad arquidiocesana y toda la Iglesia nicaragüense «que de manera indesmayable acompaña a su pueblo, pues a los problemas estructurales de orden económico y social, se suman los duros rigores de la pandemia, adversidades a las que resisten arraigados en su fe y sus convicciones religiosas».
«Esperamos que las autoridades correspondientes esclarezcan lo más pronto posible este hecho de violencia, porque no se puede aceptar, de ninguna manera, venga de donde venga, ya que todos debemos seguir haciendo esfuerzos por vivir en paz, armonía y trabajar por el progreso de nuestros pueblos», se lee en la nota.
Por último, haciendo alusión a las palabras del Papa Francisco, el CELAM señala la importancia de recordar que «en un mundo en el que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad religiosa, o de reducirla a una subcultura sin derecho a voz y voto en la plaza pública, o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad, es necesario que los fieles de las diversas religiones unan sus voces para clamar por la paz, la tolerancia y el respeto a la dignidad y derechos de los demás». (Discurso del Papa Francisco en el Independence Mall de Filadelfia, Estados Unidos. 26 de septiembre de 2015).
Atentados contra la fe
El pasado 31 de julio, una persona no identificada ingresó a una de las capillas de la Catedral de Managua (Nicaragua) y lanzó una bomba molotov que provocó un incendio y destruyó el sagrario y la imagen de la Sangre de Cristo, un hecho que ha sido calificado como un “acto de terrorismo” por el Cardenal Leopoldo Brenes.
Se trata de “un acto de profanación totalmente condenable, por lo que debemos permanecer en constante oración para derrotar a las fuerzas malignas”, expresó la Arquidiócesis de Managua en un comunicado. En la capilla se ubica el Santísimo en su sagrario, y la consagrada y venerada imagen de la Sangre de Cristo, de casi 400 años de antigüedad y ante la cual San Juan Pablo II se arrodilló en su segunda visita a la ciudad en febrero de 1996.
Pero no es la primera vez que se reportar un atentado contra la Iglesia en Nicaragua. En los últimos 20 meses se registró 24 ataques, incluyendo el incendio que calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua, afirmó este sábado la ONG Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que responsabiliza al Gobierno.
La denuncia del Cenidh incluye el caso de una mujer que roció con ácido la cara de un sacerdote, el encierro de nueve días que aplicó la Policía a un padre en su parroquia tras cortar los servicios de agua y luz, la retención de un grupo de mujeres en la Catedral de Managua y la destrucción o robo de imágenes. Desde ANCEP, seguiremos informando.