Cada 3 de mayo el distrito de Acobamba, en la provincia de Tarma (Junín), se convierte en el epicentro de una de las celebraciones religiosas más emblemáticas del Perú: la Festividad del Señor de Muruhuay, que conmemora la milagrosa aparición del «Cristo de la Roca» en la faldas del cerro Shalacoto de dicho distrito.
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La Santa Misa de Fiesta fue presidida por el Mons. Luis Alberto Barrera Pacheco, MCCJ, Obispo de la Diócesis del Callao y Administrador Apostólico de la Diócesis de Tarma, y concelebrada por el Pbro. Wilson Yauri Suzanibar, Canciller de la Diócesis de Tarma y Rector del Santuario del Señor de Muruhuay, y el Pbro. Elber Suazo Guerra MGR, Párroco de la Parroquia San Miguel Arcángel de Acobamba.
El Señor de Muruhuay es una de las representaciones religiosas más importantes del centro del Perú. Muruhuay deriva de dos palabras quechua: Muru (viruela) y Hucsi/Huay (casa), lugar a donde llevaban a los enfermos de viruela. El santuario está ubicado en la falda del cerro Shalacoto, es una imagen de Cristo crucificado pintada en una roca, protegido por un vidrio y un escapulario de plata.
Como día central de una fiesta se escogió el 3 de mayo, fecha en que celebraría año a año el milagro de la aparición de la cruz sobre la roca. En 1928, en el mismo Muruhuay y cerca de la roca, se erigió un primer santuario que sería sede de la fiesta del Señor de Muruhuay. La Misión Comboniana o los padres alemanes como les llamaban se encargaron de construir el templo actual con la modernidad de la época.
En la actualidad la fiesta dura todo el mes de mayo y, en algunos casos, se prolonga hasta el mes de junio o meses siguientes. Su culto es conocido en todo el Perú e incluso ha traspasado fronteras. En el 2017 su festividad fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.