Uno de los frutos de la última Convivencia “Centinelas” convocada por Mons. Javier Del Río Alba, Arzobispo de Arequipa, en el mes de diciembre, fue la formación de seis grupos de jóvenes que se comprometieron a rezar el Rosario todos los días ante el Sagrario y ofrecerlo, cada grupo, por uno de los dos seminarios y cuatro monasterios de clausura de la Arquidiócesis, además de rezar por el clero y las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada.
Con la finalidad de conocer personalmente a la comunidad por la que rezan, cada grupo visitó el Seminario o Monasterio correspondiente, siempre en compañía del P. Josué Castillo promotor de esta iniciativa. Comenzaron el 31 de diciembre visitando el Seminario Arquidiocesano “San Jerónimo” y el Seminario Arquidiocesano Misionero Redemptoris Mater. En ambos casos fueron recibidos por los formadores y seminaristas de cada centro de formación. Después de hacer un recorrido por sus instalaciones, el rector les explicó el ritmo de vida que se lleva en el seminario, algunos seminaristas compartieron con ellos sus experiencias, tuvieron un momento de oración juntos y compartieron también un refrigerio.
Las visitas a los monasterios de clausura fueron los domingos 7 y 14 de enero. El primer domingo les tocó el turno a los monasterios “Santa Catalina de Sena” y “San Lorenzo Justiniano y la Inmaculada” y el domingo siguiente al monasterio “Santa Rosa” y al de “San José y Santa Teresa”. En cada monasterio, el grupo respectivo fue recibido por la priora que les explicó cómo viven las monjas, después de lo cual dialogaron un rato con la comunidad, algunas consagradas compartieron con ellos sus experiencias y les ofrecieron un refrigerio. Todas las visitas concluyeron rezando con las religiosas en la capilla del monasterio. En el caso del Monasterio de Santa Catalina, el grupo visitante tuvo también la oportunidad de rezar en la celda que la beata Sor Ana de los Ángeles ocupó en el siglo XVII.
Los jóvenes terminaron contentos por participar en la misión de la Iglesia por medio de la oración, y manifestaron su alegría por la oportunidad de conocer a los seminaristas y monjas por las que rezan, además de saber que también ellos los encomendarán en la oración.