- Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte reflexionó sobre la Iglesia evangelizadora y los signos de los tiempos
“En lugar de cerrar la Iglesia sobre sí misma, la sinodalidad lleva a una Iglesia misionera al servicio de la fraternidad universal y esta misión, en clave sinodal, no es proselitismo, sino anuncio gozoso. Se trata del anuncio alegre y gratuito de Jesucristo y de su misterio pascual a toda la humanidad, en una relación intercultural, pues está inmersa en un mundo plural y diverso”, señaló Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, a propósito de la 39 Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño -CELAM-.
La misión, entonces, consiste en encarnar el Evangelio en las culturas, contribuyendo a formar Iglesias locales autóctonas, con el rostro de los pueblos que las integran. A una Iglesia encarnada corresponde una evangelización inculturada e inculturadora de la Iglesia como institución, en su organización y sus estructuras, explicó.
“El actuar sinodal demanda un estilo de discernimiento basado en la escucha mutua y el diálogo veraz y confiado. Esta conversación espiritual habilita para hablar de temas incómodos y dolorosos con libertad, en una experiencia de relación horizontal”, detalló Cabrejos Vidarte.
Estas orientaciones sirvieron de base para la Fase Continental del sínodo en América Latina y El Caribe con la realización de cuatro encuentros regionales en El Salvador, Santo Domingo, Quito y Brasilia en febrero y marzo de este año con la participación activa de más de 400 personas.
El 21 de marzo pasado el plenario de las Conferencias Episcopales aprobó el documento con sus aportes y evaluaciones. “La experiencia vivida en la Fase Continental consolidó el carácter participativo y comunitario de la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe y aportó nuevas notas a partir de la metodología utilizada, la fuerte impronta espiritual que se ha procurado y la apertura a la escucha de nuevas voces”, resaltó Monseñor Cabrejos Vidarte.