- “Estamos viviendo un ‘kairós’ en el sentido bíblico”, señaló el obispo peruano
El 2019 tuvo lugar una reunión del Papa Francisco con Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, en su calidad de presidente del CELAM, para manifestarle la probabilidad de llevar a cabo una nueva Conferencia General de los Obispos. El Santo Padre indicó que era necesaria una Asamblea con la participación de todo el pueblo de Dios para retomar los temas pendientes de Aparecida, 14 años después; es decir, desarrollar una Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe.
“Lo que sucede es que estamos viviendo un momento histórico, un ‘kairós’ en sentido bíblico, lo cual quiere decir: un momento de gracia que como tal quiere ser reconocido y acogido activamente por nosotros para el bien de toda la Iglesia. Eso es algo completamente novedoso, no solo a nivel de nuestro subcontinente, sino también en el contexto de la Iglesia universal”, añadió.
La primera Asamblea Eclesial se realizó en el Santuario de nuestra Señora de Guadalupe, México, del 21 al 28 de noviembre, 2021. Su principal característica fue que tuvo un carácter sinodal, por lo que el “Proceso de Escucha” para discernir la voluntad de Dios, se constituyó en lo más representativo del evento. Precedió a la Asamblea un periodo de consulta previa o ‘escucha’ a todo el pueblo de Dios. En este proceso participaron 70 mil personas, mientras que el evento superó el millar de asistentes, 900 por vía telemática y 130 presencialmente.
Una de las dificultades de las Iglesias locales y comunidades cristianas de América Latina y El Caribe que evidenció hace año y medio en la Primera Asamblea Eclesial y fue notar “la caída de la alegría y del ardor evangelizador ante incertidumbres históricas, crisis sociales y vaivenes eclesiales Esta ‘caída de la alegría’ define un problema importante porque “el estilo latinoamericano y caribeño, es una sinfonía donde cada voz, cada registro, cada tonalidad enriquece la experiencia de ser discípulo- misionero”, explicó Monseñor Cabrejos Vidarte.
La asamblea, a decir de su presidente “configuró una experiencia inédita en nuestra Iglesia regional porque se realizó de manera sinodal. Fue y sigue siendo un verdadero hito en nuestra peregrinación pastoral, un proceso que señala un antes y un después en nuestro camino, y una contribución significativa a la Iglesia universal
