- Comentario de la Semana (13 de diciembre – 19 de diciembre)
María, la madre de Jesús, la “Bendita entre las mujeres”, la Elegida para llevar en su vientre al Eterno Hijo de Dios, no se encierra en su grandeza, sino que se pone en salida: va en busca de Isabel, para acompañarla y ayudarla hasta que nazca Juan el Bautista. Esta actitud de la Madre, es un canto de humildad y de servicio, es un lienzo de delicadeza familiar, es el óleo sobre el cual se pintará la parábola del buen samaritano.
María, la virgen obediente, escuchó, creyó y aceptó lo que le pidió Yahvé, el Dios de los imposibles. María, es ícono de la ternura de Dios Padre. La llena de gracia, es el Arca de la Alianza de toda la humanidad. La Madre de Jesús es signo del sí de Dios a la sed humana de plenitud, y símbolo de la salvación de Dios, que ya está entre nosotros, y que nos llama a la salvación.
Isabel, la estéril anciana, que ahora espera un hijo y, María, la humilde virgen de Nazareth que será la Madre del Mesías, sin perder su virginidad, señalan la fuerza de Dios. Estas “dos mujeres sin ningún poder político, sin ninguna importancia geoestratégica, sin ninguna riqueza ni patrimonio”[1], se convierten en testimonio de la presencia poderosa y misericordiosa de Dios.
Nos Recuerda el Papa Francisco: “La Virgen María nos quiere traer también a nosotros, a todos nosotros, el gran don que es Jesús; y con Él nos trae su amor, su paz, su alegría”.[2]
P. Guillermo Inca Pereda
Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal Peruana
[1] https://www.bibliayvida.com/dos-mujeres-se-saludan-dios-transforma-la-historia-lucas-139-45/
[2] Papa Francisco, Ángelus, Domingo, 23 de Octubre De 2013