«Necesitamos esperanza y valor (…). No tenemos alternativa». Contundente y valiente, el Papa Francisco se dirigió a los líderes mundiales, reunidos en Glasgow con motivo de la COP26. Aunque finalmente no pudo asistir a la cumbre, el eco del mensaje de Bergoglio resonará, a buen seguro, en los debates posteriores, y en las decisiones que se puedan tomar para el futuro del planeta. “Sólo podremos alcanzar los objetivos escritos en el Acuerdo de París si actuamos de forma coordinada y responsable. Son ambiciosos, pero no pueden retrasarse. Hoy estas decisiones dependen de ti”
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En su mensaje, leído por el cardenal Parolin, el Santo Padre señaló a los líderes mundiales que “todos somos conscientes de que tienen la importante tarea de mostrar a toda la comunidad internacional si realmente existe la voluntad política de asignar de forma honesta, responsable y valiente más recursos humanos, financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático, así como para ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables, que son las que más sufren”.
Todo ello, “en medio de una pandemia que asola nuestra humanidad desde hace casi dos años”, y que “nos enseña que no tenemos alternativa: sólo conseguiremos vencerla si todos participamos en este reto”.
Aprovechar los errores del pasado
“Hubo un antes de la pandemia; será inevitablemente diferente del después de la pandemia que debemos construir, juntos, aprovechando los errores del pasado”, deseó Francisco. “Lo mismo puede decirse del problema global del cambio climático. No tenemos alternativa”, imploró.
“Sólo podremos alcanzar los objetivos escritos en el Acuerdo de París si actuamos de forma coordinada y responsable. Son ambiciosos, pero no pueden retrasarse. Hoy estas decisiones dependen de ti”, clamó ante la asamblea.
El Vaticano predica con el ejemplo, adoptando “una estrategia de emisiones netas cero que se mueve en dos niveles: 1) el compromiso del Estado de la Ciudad del Vaticano de alcanzar este objetivo antes de 2050; 2) el compromiso de la propia Santa Sede de promover una educación para la ecología integral”.
Recordando el llamamiento conjunto que líderes religiosos y científicos de todo el mundo hicieron el pasado 4 de octubre, Bergoglio destacó cómo “voces diferentes con sensibilidades diferentes” lograron aunar esfuerzos “en el compromiso con la urgente necesidad de iniciar un cambio de rumbo capaz de pasar de forma decisiva y convincente de la «cultura del despilfarro» imperante en nuestra sociedad a una «cultura del cuidado» de nuestra casa común y de quienes viven o vivirán en ella”.
Acción solidaria y colegiada para el futuro
“Las heridas causadas a la humanidad por la pandemia de Covid-19 y el fenómeno del cambio climático son comparables a las resultantes de un conflicto mundial”, explicó el Papa, quien señaló que “al igual que tras la Segunda Guerra Mundial, hoy es necesario que toda la comunidad internacional dé prioridad a una acción colegiada, solidaria y orientada al futuro”.
Deuda ecológica, deuda externa
En este trabajo, “hay que prestar especial atención a las poblaciones más vulnerables, con las que se ha acumulado una ‘deuda ecológica’ vinculada tanto a los desequilibrios comerciales con consecuencias medioambientales como al uso desproporcionado de los recursos naturales propios y ajenos”. Una deuda ecológica que está vinculada “a la deuda externa, cuya presión obstaculiza a menudo el desarrollo de los pueblos”.
Para el Papa Bergoglio, “la post-pandemia puede y debe reiniciarse teniendo en cuenta todos estos aspectos, ligados también a la puesta en marcha de procedimientos negociados minuciosos de condonación de la deuda externa asociados a una estructuración económica más sostenible y justa, destinada a apoyar la emergencia climática”.
Por eso, “es necesario que los países desarrollados contribuyan a resolver la deuda [ecológica] limitando significativamente el consumo de energía no renovable y proporcionando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible».
Las últimas palabras del Papa fueron dirigidas a los más jóvenes, que si no actuamos “no tendrán un planeta diferente del que les dejamos, del que podrán recibir como resultado de nuestras decisiones concretas de hoy. Este es el momento de la decisión que les dará motivos de confianza en el futuro.