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El Domingo de Resurrección o de Pascua es la festividad más importante para todos los católicos, ya que se celebra la Resurrección de Jesús y su triunfó sobre la muerte. Esta gran alegría fue recordada de manera especial en la Santa Misa que presidió Mons. Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo, Presidente del Episcopado Peruano y del Consejo Episcopal Latinoamericano, este 12 de abril desde la Basílica Catedral de Trujillo. «Cristo nos invita a renacer cada día, a ser mejores, a dejar atrás el pasado. Como San Francisco, cada mañana hay que empezar de nuevo«, dijo Mons. Cabrejos.

Durante su Homilía, el Presidente del CELAM afirmó que Cristo con su resurrección inaugura una dimensión existencial distinta, que crea para nosotros un nuevo ámbito de la vida, del ser, del estar con Dios. “Hemos escuchado el Evangelio que muestra cómo el Ángel le dice a aquellas mujeres, María Magdalena y otras, que ¡Ha resucitado, Jesús! Él ha resucitado, es un viviente, vayan a Galilea allí lo verán”, recordó.

Según los Evangelistas, mencionó Mons. Cabrejos, el Señor se aparece como un ser humano que camina con los discípulos de Emaús. Conversa, deja que Tomás toque sus heridas, y allí es donde Tomás, después de verlas y tocarlas, expresa su fe: ¡Señor Mío y Dios mío! En tanto, Jesús acepta un trozo de pez asado, lo come y demuestra su verdadera corporeidad. Cristo resucitado ha entrado en una dimensión existencial distinta.

Trujillo. Homilía de Mons. Miguel Cabrejos en la Santa Misa de Domingo de Resurrección.

Coronavirus: las mujeres tienen un papel importante en la familia

El Arzobispo de Trujillo manifestó que para que los apóstoles anunciaran el Evangelio, tenían que estar convencidos de la Resurrección de Cristo y fueron las mujeres, las primeras que dieron el anuncio de la Resurrección, ellas dieron su testimonio al mundo. Frente la pandemia del coronavirus que está afrontando la humanidad en la actualidad, Mons. Cabrejos dijo que las mujeres tienen un papel importante en la familia, de protección y custodia de sus hogares, tomando y haciendo tomar a la familia las medidas restrictivas sanitarias.

El coronavirus no es un juego, afirmó Mons. Cabrejos, es una triste realidad que pasamos en el mundo de hoy, y pidió a Dios que proteja a las mujeres del feminicidio, un fenómeno muy frecuente en América Latina. “Veamos a la mujer como Cristo veía a su Madre, a la samaritana, a María Magdalena, con una mirada de misericordia, de ternura, si queremos ser discípulos de Jesús debemos irradiar la fuerza del amor del Resucitado”, exhortó.

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