El Papa Francisco concedió el primer paso para la santidad de Mons. Martino Fulgenzio Elorza Legaristi, el Primer Obispo de la Prelatura de Moyobamba, declarado recientemente “Venerable Siervo de Dios”, por su gran trabajo en la selva peruana, particularmente en el ámbito de la educación y formación de las comunidades originarias. La noticia de este nombramiento fue recibida con alegría por Mons. Rafael Escudero López-Brea, actual Obispo Prelado de Moyobamba, quien dedicó unas emotivas palabras a una de las figuras más importantes de la Congregación Pasionista en el Perú.
A continuación, el Comunicado de Mons. Rafael Escudero López-Brea:
EL VENERABLE SIERVO DE DIOS,
MONSEÑOR MARTÍN FULGENCIO ELORZA LEGARISTI, C.P.,
OBISPO PRELADO DE MOYOBAMBA
El sábado 9 de abril recibimos una muy alegre noticia para toda la Prelatura de Moyobamba: El Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos promulgar el decreto de las virtudes heroicas del Siervo de Dios, Monseñor Martín Fulgencio Elorza Legaristi. Por este decreto del Papa Francisco, a partir de hoy, es Venerable Siervo de Dios.
Monseñor Martín Fulgencio Elorza Legaristi, C.P., obispo Prelado de Moyobamba, un hombre, religioso, sacerdote y obispo excepcional, Sencillamente un religioso que fundamentó su vida en hacer, en todo y siempre, la voluntad de Dios, que entregó su vida a Jesucristo, fascinado por su pasión y su entrega de amor hasta el extremo y se dejó guiar por Él en todo momento de sus 67 años de vida.
Cuando conocemos su vida nos admiramos y sorprendemos de los frutos que ha producido en Cristo, pero no hemos de olvidar cuales fueron sus raíces. Nació el día 30 de diciembre de 1899, en Azula de Elgueta, un caserío de la provincia de Guipúzcoa, España, y a los dos días fue bautizado, el 1 de enero de 1900. Este dato nos dice que nace en el seno de una familia profundamente católica, en la que sus padres están deseosos de que su hijo sea cuanto antes hijo de Dios e hijo de la Iglesia. En cuanto a su vida de piedad, solía participar todos los domingos de la Santa Misa, celebrada entonces muy temprano, cuando todavía estaba oscuro y tenía que madrugar para llegar hasta la parroquia, distante a 45 minutos, caminando. Nada le detenía para encontrarse con Cristo vivo en el Sacramento. A la edad de 12 años conoce a los PP. Pasionistas y queda tan encantado de la vida de los religiosos que decide quedarse con ellos. Tres años después hace su noviciado, recibe el hábito negro de la Pasión y toma el nombre de Martín del Costado de Jesús.
De estas raíces van a brotar y a florecer muchos frutos de vida religiosa, sacerdotal y misionera hasta aceptar, no sin pasar por una noche oscura, como venida del Señor, la llamada a ser Prelado de la prelatura de Moyobamba, en la región amazónica peruana.
La vida de Monseñor Elorza es la vida de un hombre que refleja la existencia del único ser en el que los hombres de todas las épocas hemos encontrado perfecto cumplimiento: Jesucristo, el Verbo encarnado. Monseñor ha vivido el misterio de la comunión de amor con Dios en Cristo y desde ahí nos enseña a ver las personas y los acontecimientos a través de un valor único, gracias al cual todos los juicios y decisiones tienen su origen y sentido en la única medida que vale la vida, Cristo. Nada expresa mejor la psicología del hombre que aspira a la santidad que lo que dice san Pablo: “Vivo yo, más no yo; es Cristo quien vive en mí” (Gal 2, 20).
Conozcamos la vida del venerable Monseñor Martín Elorza, fervoroso propagador de la memoria de la pasión de Cristo y celoso pastor de las almas. Él llevó a cabo muchas obras, verdaderas realizaciones eclesiales, como Prelado de Moyobamba:
- Desde el principio dedicó gran parte de su tiempo a las visitas pastorales a todos los lugares de la Prelatura.
- Vivía desvelado por la promoción de las vocaciones sacerdotales propias de la región que comenzaron a formarse en el Seminario Metropolitano de Trujillo.
- Se preocupó de llamar a incorporarse a la misión a congregaciones religiosas femeninas para atender la gran carencia que se daba en la educación, así llegaron las Hermanas Compasionistas y las Mercedarias de la Caridad.
- Para superar el analfabetismo en los adultos, creó la Escuela parroquial de alfabetización. Procuró que la enseñanza de la religión católica en las escuelas fuera de calidad y, para que esto diera fruto, se empeñó en la formación de maestros idóneos.
- Para que el mensaje de Cristo llegase a los niños y jóvenes se dedicó a la formación de catequistas que fueran capaces de transmitir de un modo abierto e intenso su fe.
- Creó los certámenes catequísticos con la finalidad de estimular a los maestros y escolares en el estudio de la asignatura de Religión.
- Tuvo que afrontar la construcción de la catedral de Moyobamba, la casa prelaticia y muchas capillas, en las ciudades y en los caseríos.
- Centró la pastoral social en relación con Cáritas; a través de esta institución se avanzó en la creación de dispensarios médicos para la atención de la población más necesitada y se luchó contra la desnutrición y la anemia, causas de muchas enfermedades; para proveer a las necesidades alimenticias de los más pobres, y especialmente de los niños, Monseñor impulsó proyectos de cultivos de soja.
Estos y muchos más son los frutos externos de la acción misionera de Monseñor Elorza, pero el secreto de su actividad desbordante estaba en su amor a Cristo y a su Iglesia. Ese amor en el seguimiento de Cristo es el que explica que el Prelado de Moyobamba fuera un obispo comunicativo, cercano a todos y santamente preocupado por las grandes necesidades que afectaban a la Prelatura. Monseñor fue una gracia muy especial para la Iglesia en Perú, cuando falleció el Nuncio de su Santidad dijo de él: “¡Ha muerto el obispo más santo del Perú!”.
Damos gracias a Dios por la persona, vida y obra de Monseñor Martín Fulgencio Elorza Legaristi, Primer Obispo Prelado de Moyobamba. Felicitamos a la Congregación de la Pasión porque uno de sus miembros ha sido declarado Venerable. Dios quiera que pronto sea beatificado y pueda servir para todos los hijos de la Prelatura como un modelo de pastor, humilde y abnegado, y valioso intercesor.
+ Rafael Escudero López-Brea,
Obispo Prelado de Moyobamba