Monseñor Ricardo García, Obispo de la Prelatura de Yauyos y Presidente de la Comisión Episcopal de Educación, celebró la Santa Misa por el Día del maestro en la Iglesia Catedral de San Vicente de Cañete. En la ceremonia estuvieron presentes autoridades civiles, la directora de la UGEL 08, Lic. Marcela Reyes, directores y maestros de la localidad.
En su homilía, Monseñor García comenzó saludando a los maestros, felicitándoles por su noble vocación: “A los maestros les toca, con mayor responsabilidad y derecho, llevar la buena nueva a la gente que tratan: niños, jóvenes y familias. Es una noble vocación en la que con su ejemplo y enseñanza tienen la oportunidad para transmitir la sabiduría y dignidad de la persona humana, que lo proclama también la fe cristiana”.
Refiriéndose a la situación de nuestra sociedad actual recordó que existe un trastoque y deficiencia de valores en nuestros ciudadanos: “hace falta valores, no está claro qué es el bien y el mal, todo parece que puede hacerse sin importar el otro, hay un olvido del bien común. ¿Cómo dar valores, cómo ser ejemplo?, allí está la misión del maestro”
Ante esta crisis de valores, que evidencia también una crisis en la educación, el Presidente de la Comisión Episcopal de Educación exhortó a leer y asumir los siete compromisos del Pacto Educativo Global que el Papa Francisco invitó a vivir a los agentes y receptores de la Educación y Cultura:
(1°) La educación debe estar al servicio de la persona, ponerla al centro. (2°) Escuchar a las jóvenes generaciones, niños y jóvenes, qué sienten, dicen y piensan. (3°) Promoción y participación de la mujer en la vida y conducción de la sociedad. (4°) Defender la familia, principal responsable de la educación. Los maestros cumplen una función subsidiaria, hay que hacer que los padres se comprometan en la educación de sus hijos. Es fundamental su participación. (5°) Abrirse a la acogida. Educar y educarnos para acoger, aceptar y querer a los más necesitados y vulnerables. Que se sienta que la comunidad educativa los ayuda a salir adelante. (6°) Renovar la economía y la política: Que no quiere decir promover ideologías o líneas políticas en las instituciones educativas, sino suscitar en los niños y jóvenes amor y preocupación por la patria, por sacarla adelante. Un cristiano tiene que ser amante de su patria. Los maestros no se pueden dedicar a ver desde lejos y lamentarse diciendo qué mal está el país. Debemos cultivar el amor por la patria educando a los niños y jóvenes al servicio no para servirse ni sacar un provecho personal. (7°) Cuidar la casa común: sin extremismos ni radicalismos, debemos cuidar nuestra naturaleza como un patrimonio dado por el Creador.
También Monseñor García habló sobre la importancia y misión de la Instituciones Educativas católicas: “Hay que potenciar nuestra identidad. Como instituciones católicas debemos ser luz y sal, aportar el sentido de fe a la sociedad. La comunidad educativa de padres, alumnos y maestros cuando caminan juntos son un foco de luz”. Y refiriéndose a la enseñanza pública de la asignatura de Religión mencionó: “Felizmente tenemos la asignatura de religión en nuestro país. De tal manera que los valores que busca nuestro país lo puedan encontrar en el aprendizaje de esta materia”
Finalmente invitó a los maestros a seguir fielmente su misión sin desanimarse: “Hay corruptos de derecha, de centro de izquierda, de arriba y abajo… lo que necesitamos es personas de bien, que se preocupen por el bien común de la patria. Que hoy sea una ocasión para renovar el deseo de servir y tener esperanza, viviendo generosamente con ejemplo e ilusión para ayudar a renovar nuestra juventud y familias. La Madre del Amor Hermoso nos encienda en amor a Dios, a la familia, al trabajo y la patria así seremos maestros de buena voluntad que buscan construir un país para todos”.