Desde hace algunos días se ha generado una crisis social en la frontera de Iñapari, pueblo de la región peruana Madre de Dios y Asís (Brasil) por la presencia de más de 300 migrantes de diferentes nacionalidades, haitianos en su mayoría, pero también originarios de Burkina Faso, Pakistán, Bangladesh, India, que quieren salir de Brasil, cruzar Perú y continuar su ruta hacia Panamá. La causa de esta crisis se debe al cierre de fronteras debido a la pandemia de coronavirus.
“Esta es una ruta de migración ya habitual desde hace varios años, que esporádicamente genera crisis de este tipo en las fronteras”, explica ante los micrófonos Vatican News, Monseñor David Martínez de Aguirre, Obispo Vicario de Puerto Maldonado, zona de la triple frontera de Brasil, Bolivia y Perú. “Sabemos que ya hay unas 380 personas y nos están reportando que están llegando más personas desde el interior del Brasil hacia este punto”.
«Estamos haciendo un llamamiento como Iglesia a las autoridades peruanas, sobre todo a Cancillería, a que se tome en cuenta esta situación especial. El cierre de frontera por motivo de la pandemia del Covid está generando esta aglomeración de personas. Nosotros lo que estamos pidiendo es que se haga un estudio y que se busque una solución a esta crisis, porque tememos que se pueda agravar y que pueda desencadenar un grave conflicto social. Creemos que hay soluciones o que se pueden estudiar soluciones evitando los contagios que supondría. Los miedos que tienen aquí en Perú es que estos migrantes puedan traer al país la variante brasileña del Covid, esta mutación brasileña que ya en Manaus se ha dado y que está poniendo en jaque la zona de Loreto. Existen esos miedos.»
Obispo de Puerto Maldonado
Buscar alternativas para socorrer a la población
A través de comunicado, firmado por Monseñor David Martínez de Aguirre, el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado ha instado a las autoridades regionales y nacionales a dar una inmediata solución a la situación de los migrantes bloqueados en la frontera entre Perú y Brasil. “Consideramos que se pueden estudiar alternativas para poder socorrer a esta población”, expresa Monseñor Martínez, evidenciando la urgencia de actuación debido a la “existencia de mafia, lo que llaman los coyotes” que “aprovechando el estado de vulnerabilidad de esta gente, les interceptan en las carreteras y les ayudan a cruzar las fronteras por sitios ilegales”. “Lo que estamos haciendo es animar al Estado a establecer mesas de diálogo, a buscar soluciones”.
“Lo que se necesita es una labor de diplomacia, una labor de diálogo, entre los diferentes países: Brasil, Perú y Ecuador para ver cuál va a ser la ruta para esta población, cómo se les va ayudar.”
Obispo de Puerto Maldonado
Liberarnos de los prejuicios
El Obispo Vicario de Puerto Maldonado no deja de evidenciar cómo en este tipo de circunstancias difíciles los seres humanos se dejan llevar “por los prejuicios más viles de nuestra naturaleza”.
Finalmente, el prelado recuerda una bella imagen en medio de esta crisis humanitaria, capaz de sacar de nosotros la misericordia, la de un niño que saltó las barreras y fue a dar la mano a todos los agentes de la policía, conmoviendo a los policías del lado peruano que estaba guardando la frontera.
“Ojalá que la imagen de este niño dando la mano a los policías, nos haga sacar a todos nosotros, lo más humano, lo más divino que tenemos nuestro corazón y que movidos por esas entrañas de misericordia que el mismo Dios ha sembrado en nuestras vidas, hagamos algo por estos hermanos nuestros.”
Obispo de Puerto Maldonado