El Obispo del Callao, Mons. Luis Alberto Barrera, MCCI; presidió la Santa Misa y Te Deum, por los 202 años de la independencia del Perú. La ceremonia se llevó a cabo en la Catedral Matriz del Callao, y congregó a diversas autoridades civiles y militares del Primer Puerto, entre ellos, el Alcalde, Sr. Pedro Spadaro.
Compartimos algunos pasajes de la reflexión que ofreciera el obispo chalaco en esta importante y tradicional celebración patrio.
“ Como pueblo chalaco elevamos nuestras plegarias al Señor para que el Perú crezca cada vez más en esta vocación a la que el Señor nos ha llamado, que es la vocación a la libertad. La libertad es fundamental en la vida del ser humano, es esa capacidad de elegir el bien y evitar el mal, de optar por aquello que me construye. Libertad no es solo ausencia de colonialismo, sino también es capacidad de escoger, y los ciudadanos de una nación son libres cuando hay ausencia de pobreza, de miseria. Lamentablemente, no somos del todo libres porque estamos condicionando por situaciones sociales que hacen que nuestros compatriotas vivan aun bajo la pobreza, la miseria, la falta de oportunidades, de igualdad para todos, de una educación, la falta de alimento, etc. Tantas cosas merman nuestra libertad, sin embargo, al recordar nuestra independencia de nuestro suelo patrio, todos somos responsables, autoridades y ciudadanos, unos que lideran y tienen que trabajar por el bien común y otros que también tienen que contribuir como ciudadanos responsables.
Sobre esta igualdad de seres humanos, también se construye el hombre y la mujer de Dios, que nadie se sienta diferente o marginal. Dentro de una sociedad, de un país, en donde hay diferencias, racismo, si hay privilegios, entonces se abren grietas de desigualdad, de injusticia. La fraternidad humanidad cierra esas brechas cuando nos reconocemos iguales todos. Y la fe nos ayudará a trabajar por el progreso de los pueblos, por la pasa, cuando todos nos sentimos iguales. Desterrar de la sociedad todo aquello que divide. Trabajar para que haya mayor comunión.
Los males de nuestra patria son muchos, y nuestra responsabilidad son nuestras. Tenemos que trabajar por la desigualdad entre la ciudad y el mundo rural, entre el centro y las periferias. Basta mirar nuestro Callao, la zona de Mi Perú, Ventanilla, Pachacutec, siempre nos vendrá a la memoria que aún tenemos que trabajar para que todos puedan tener las mismas oportunidades.
Por otra parte, es importante recordar que las obras que hace progresar a un pueblo, siembra alegría, esperanza en el corazón de los ciudadanos ¿Y qué cosa le entristece? Cuando la corrupción le roba al país la posibilidad de ser mejor, le roba a la juventud la oportunidad de tener mejores colegios, universidades, postas médicas. Por mi experiencia conozco la realidad del interior de nuestro país, y es la población que manifiesta su frustración cuando ve que una carretera no ha llegado a culminarse a causa de la corrupción. La corrupción le roba el sueño, la alegría a los ciudadanos y es entonces que la sociedad rompe el pacto de paz.
La falta de paz social en nuestra patria es también fruto de la corrupción, por eso hoy en este templo, como pueblo chalaco le pedimos a Dios para que nos ayude para que el Perú sea nuestra patria soñaron nuestros proceses de nuestra independencia.
Que la sangre de tantos mártires, héroes, policías, militares, que derramaron apostando por un Perú nuevo, sea fecunda; y de manera particular recordamos a tantas familias que vieron a sus hijos morir jóvenes defendiendo el Perú, por las víctimas del terrorismo, por todos aquellos que han dando su vida por la paz de nuestro país”.