El Obispo del Callao, Mons. Luis Alberto Barrera, MCCI; presidió un encuentro diocesano con los movimientos y hermandades de la Diócesis del Callao en la Basílica de la Virgen del Carmen de la Legua, el sábado 19 de agosto.
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El encuentro tuvo como objetivo profundizar el trabajo que se viene realizando con respecto a la puesta en marcha del Plan Pastoral Diocesano.
La reunión comenzó con las palabras de bienvenida de Mons. Barrera para luego proseguir con la presentación del P. Víctor Torres, Coordinador del EDAP, quien abordó el tema “Iglesia Pueblo de Dios”.
Posteriormente, luego de un momento de animación, el Diácono Permanente de la mencionada diócesis, Mario Resurrección, habló acerca de “Las Hermandades y el Plan Pastoral Diocesano”. El encuentro culminó con la celebración de la Santa Misa.
Por su parte, el Obispo del Callao destacó la importancia del espíritu de comunión en los carismas, movimientos y hermandades.
“Así como el espíritu es uno, de él nacen todos los carismas, y no es que cada carisma tenga su propio espíritu. Todos los carismas son suscitados por el Espíritu Santo par el bien y el dinamismo de la iglesia. El termómetro para ver cómo vamos es la comunión. ¿Estoy en sintonía con mi parroquia, con mi diócesis, con los demás movimientos? El día en que un carisma se cree más que el otro, vamos retrocediendo al tiempo de Pablo, en Corinto, en donde algunos se creían más que los otros. Cuando los carismas son humildes hacen lo que tienen que hacer, y al final dirán ‘somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer, no merecemos ni siquiera alguna recompensa’. De la misma manera, las cofradías y las hermandades, hacen parte del único pueblo santo de Dios, con sus matices diferentes que suscitan las devociones a cualquiera de los santos. Haciendo presente en medio de la diócesis, de la parroquia la vocación común a la santidad a la cual todos estamos llamados. En el tiempo de la colonia las cofradías y hermandes suscitaron santos, laicos santos. La primera santa de américa no fue una monja, fue una laica, como Santa Rosa, así como también San Martín, entre otros. Por eso, quien lleva un hábito tiene un significado profundo de transformación dentro de una espiritualidad que suscita el Espíritu de Dios y que le regala a su iglesia”.
Por otra parte, el obispo chalaco exhortó a las hermandades a caminar en comunión de cara a un plan pastoral diocesano que llama a todos en la misión evangelizadora.
“Una de las tentaciones de las hermandades, es pensar que ellos son instituciones civiles. El día que hacen eso están renunciando a su dimensión eclesial, porque no es la sociedad civil que les da el reconocimiento, sino la Iglesia, pueblo de Dios, los bautizados. Por lo tanto, las hermandades hacen parte de la comunidad parroquial y tienen que colaborar en el trabajo apostólico. En este tema del plan pastoral, las hermandades tienen que estar ensuciándose las manos, entrar en el trabajo apostólico desde su carisma, desde su carisma, desde aquellas devociones que heredaron de sus abuelos, de las tradiciones cristianas. No existe una hermandad separada de la parroquia. En una hermandad la autoridad mayor la tiene siempre el párroco y enseguida la directiva de la hermandad.
Como tal, la diócesis del Callao, quiere abrir espacios a través de las asambleas diocesanas, asambleas diversas, encuentros, eventos significativos para darles a ustedes, hermandades y movimientos, su espacio dentro de la diócesis, para visibilizar el valor que ustedes tienen que ofrecer a las comunidades cristianas”.