El Obispo del Callao, Mons. Luis Alberto Barrera, MCCI; celebró la Santa Misa en la festividad de Santa Rosa de Lima. La celebración se realizó en la Parroquia «Santa Rosa» y contó con la presencia de fieles y miembros de la comunidad parroquial y hermandades. Concelebró el párroco y Vicario General de la Diócesis del Callao, P. Juan de Dios Rojas, y su Vicario Parroquial, el P. Florencio Salazar.
Compartimos parte de su reflexión durante la homilía:
«Hoy es un día especial en la vida de esta comunidad parroquial, celebramos con gozo la patrona de esta parroquia Santa Rosa de Lima.
El ser humano se hace grande cuando se acerca a Dios, tal es el caso de Santa Rosa de Lima. Esa mujer que en su familia vivió los valores del Evangelio, y conoció la dulzura del amor de Dios, quiso ser oda ella de Dios, entregarse enteramente a Dios. Una enseñanza que ella nos brida de abrir todo nuestro ser a Dios.
Ella veía en los enfermos y en lo pobres el rostro sufriente de Dios. Rosa fue una joven que supo leer los signos de los tiempos, en la situación que vivió mucha gente de aquella época.
La fe, hermanos y hermanas no es algo abstracto. El conocimiento de Dios nos lleva al servicio, nos lleva a reconocer a ese Cristo sufriente en el pueblo crucificado, en la gente que vive situaciones difíciles. Por eso la Iglesia constantemente, no solamente habla de Dios, sino que sirve a los más pobres. Siempre está socorriendo. Por eso, existe “Caritas”, los comedores, toda obra social, en favor de los más débiles de la sociedad.
Hay una cosa bellísima que tiene Santa Rosa, que lo hemos escuchado en la segunda lectura, que el caminar también de todo creyente, de todo discípulo. Santa Rosa, decía como San Pablo: Todo lo estimo pérdida, con tal de ganar a Cristo el Señor. Santa Rosa de Lima hizo ese trayecto constante, y nunca considero que ya había alcanzado la perfección, sino que su vida fue una constante búsqueda de Cristo.
Quien considera que ya llegó a la meta, es que ni siquiera ya inició el camino. San Pablo no enseña a no claudicar en este caminar para encontrarnos con el Señor Jesús y ser como Él.
Así lo hizo Rosa de Lima, que entregó su vida, como también lo hizo Santa Teresita del Niño Jesús, Santa Rosa muy similar a ella, en la oración, en penitencia, en ayuno, en servicio, en sacrificio, entregó su vida en servicio a los demás y en adoración a Dios.
Por eso, estamos muy orgulloso, es una de nuestra raza, de nuestro pueblo. Queremos implorar su intercesión para esta comunidad parroquial, pero sobre todo para nuestro Perú, que vive situaciones difíciles. Para que nos traiga la paz social, el desarrollo, la justicia y se elimine de nuestro suelo patrio la corrupción, la indolencia. Patrona de la enfermeras, porque ella misma sirvió a los enfermos, porque descubrió que ahí estaba el Cristo sufriente.
Patrona de la Policía Nacional, porque su padre era arcabucero y ella vio el sufrimiento de todos aquellos que en ese tiempo hacían ese oficio.
El Papa Francisco siempre nos cuenta que debemos compartir las experiencias de fe. Una de las primeras santas que conocí cuando era niño y me ha acompañado durante mi camino misionero y de sacerdote. Cuando estuve de misiones en República Centro Africana, cada vez que regresaba iba a visitarla en la Basílica y siempre me estuvo protegiendo en la misión. En los momentos más duros, siempre invoque su protección. Por esa razón, hicimos una capilla en República Centro Africana. Su espíritu misionero me inspiro muchísimo. Aunque no salió de su ermita, en su corazón estaba ese anhelo misionero, ese deseo de que todos los hombres y mujeres lleguen a conocer el gran amor con que Dios nos ama».