La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) publicó este 24 de abril un “Mensaje al Pueblo de México”, en el que aseguran su compromiso de “buscar articular los esfuerzos por el bien de todos los seres humanos” frente a la pandemia del coronavirus (COVID-19) que azota al país y a todo el mundo. El comunicado fue difundido tras la cancelación de la 109ª Asamblea Plenaria, que debía realizarse del 20 al 24 de abril de este año.
En su mensaje, los Obispos mexicanos explican que se han quedado en casa ante la crisis sanitaria, «orando, celebrando la fe, al pendiente de nuestro pueblo, atentos a los acontecimientos y acompañando a nuestra gente, buscando soluciones ante esta emergencia y sobre todo organizando la caridad”.
Al mismo tiempo, hicieron un llamado a la clase política para que deje atrás cualquier tipo de interés y enfoque sus esfuerzos en la atención de las personas que sufren por esta crisis humanitaria. “En nombre de los que sufren los estragos de esta pandemia, exhortamos y pedimos a todos los mexicanos, incluido el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, a olvidarnos de intereses personales partidistas, ideológicos, políticos y religiosos para unirnos en la preservación de la vida de todo ser humano que se encuentre en el territorio de México”, se lee en el comunicado.
Superar las diferencias que lastiman y entristecen
Así lo expresaron todos los Obispos del país en su mensaje difundido el último viernes, en el que también invitaron a quienes tienen el poder de decidir sobre los grandes proyectos y obras nacionales, a considerar la oportunidad de destinar recursos para mitigar las carencias de alimentos en los hogares de las personas que han perdido su trabajo a causa del aislamiento social obligatorio.
En este sentido, los Obispos mexicanos recuerdan que todas las personas e instituciones sociales están llamadas a unir fuerzas y sobreponerse ante esta grave crisis. “Ante la tentación del egoísmo, de la fragmentación y de la autosuficiencia todos estamos llamados a trabajar por la unidad, superando las diferencias que nos lastiman y entristecen”.
Le pedimos a Santa María de Guadalupe nuestra Madre que interceda ante su Hijo Resucitado por el eterno descanso de los que han muerto, consuele a los que los lloran, dé paz a los moribundos, sea caricia maternal que conforta a los enfermos, sea compañía y fortaleza de los profesionales de la salud, dé sabiduría a nuestros gobernantes, y para todos nosotros sea presencia y ternura en cuyos brazos maternos todos encontremos seguridad y valentía para llegar a todos con esperanza y amor.