El Papa Francisco celebró este lunes 18 de mayo una Santa Misa por celebrarse el centenario del natalicio de San Juan Pablo II, en la capilla de la Basílica de San Pedro, donde se encuentran sus restos. Karol Wojtyla, fue Papa desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte el 2 de abril de 2005, y canonizado en 2014.
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En la Misa, donde estuvieron varios altos jerarcas de la curia católica, el Santo Padre manifestó que “San Juan Pablo II era un hombre de Dios porque oraba y rezaba” y recordó que el primer trabajo de un religioso es la oración, tal y como expresó San Pedro. Entre los concelebrantes se encontraban el Cardenal Angelo Comastri, Vicario General del Papa para la Ciudad del Vaticano y Arcipreste de la Basílica Vaticana, el Cardenal polaco Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, Monseñor Piero Marini, 18 años maestro de las celebraciones litúrgicas durante el pontificado de Juan Pablo II, y el Arzobispo polaco Jan Romeo Pawłowski, jefe de la Tercera Sección de la Secretaría de Estado que se ocupa del personal diplomático de la Santa Sede.
Asimismo, dijo que Karol Wojtyla -nombre del Papa Juan Pablo II- era muy cercano a la feligresía gracias a los viajes que realizó por el mundo entero, lo que permitió que los fieles se hicieran más cercanos.
El Papa Francisco resaltó también tres rasgos que caracterizaron a Juan Pablo II: la oración, la cercanía al pueblo y el amor por la justicia. San Juan Pablo II era un hombre de Dios porque rezaba mucho: mucho tiempo de oración. Sabía que la primera tarea del obispo era rezar. El segundo rasgo: era un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscando a su gente. Y la cercanía es uno de los rasgos de Dios: Dios está cerca de la gente. Una cercanía que se hace fuerte en Jesús. Un pastor está cerca de la gente, de lo contrario es sólo un administrador.También era un hombre que quería justicia: justicia social, justicia del pueblo, la justicia que caza las guerras, pero justicia plena y para ello hablaba de la misericordia: porque no hay justicia sin misericordia, van juntas.
Esta es la última de las misas matutinas que el Papa Francisco celebrará y transmitirá en directo, que comenzó el pasado 9 de marzo pasado, tras la suspensión de las celebraciones con fieles a causa de la pandemia de COVID-19. Con el fin de la cuarentena en el país anunciado por el Gobierno italiano, el Santo Padre espera que el Pueblo de Dios pueda volver a la comunidad la familiaridad con el Señor en los sacramentos, respetando siempre las medidas de seguridad. Con este motivo, la Basílica de San Pedro fue desinfectada el viernes pasado.