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Jr. Estados Unidos 838. Jesús María.
Lima, Perú.

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Al final del rezo del Ángelus desde la Plaza de San Pedro, en Roma, el Papa Francisco expresó su preocupación por la situación en Perú, país sumido en fuertes tensiones políticas. El Santo Padre también oró por la paz y por el cese la violencia en el Perú, y que se emprenda el camino del diálogo para superar la crisis política que aqueja a la población.

«Rezamos también por la paz en Perú, para que cese la violencia en el país y se emprenda la vía del diálogo para superar la crisis política y social que aflige a la población», dice el mensaje reproducido en el twitter de la versión italiana de Noticias del Vaticano.

Por su parte, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), ante la grave situación de dolor y violencia que viene sufriendo el pueblo peruano debido a la crisis política actual, invitó a todos sus fieles y personas de buena voluntad a expresar la paz, esperanza y fraternidad en el Perú.

La invitación fue dirigida a toda la población, con el objetivo de unirnos a la jornada de oración por la paz, en todas las diócesis del país, organizada por cada obispo en su jurisdicción eclesiástica, hoy domingo 18 de diciembre. 

Asimismo, colocar un símbolo de paz en sus casas e instituciones (bandera blanca o pañuelo blanco), desde este momento. 

“Que el señor Jesús, príncipe de la paz, y la santísima virgen María, nos ayuden en este anhelo”, manifiestó la CEP. 

Un país a merced de la inestabilidad política y social

Los manifestantes bloquearon carreteras, incendiaron edificios y ocuparon aeropuertos tras la destitución de Castillo el 7 de diciembre, pocas horas después de que intentara ilegalmente cerrar el Congreso para evitar una votación de destitución que temía perder. Murieron al menos 18 personas. Muchos de los que protestaron -algunos partidarios de Castillo y otros simplemente enfadados- dijeron sentirse ignorados por los líderes políticos, informa Reuters.

Boluarte, primera mujer presidenta de Perú que habla la lengua indígena andina quechua, hizo un llamamiento a la calma e imploró al Congreso que adelantara las elecciones. Ha declarado que no dimitirá, a pesar de las presiones. Castillo llegó a la presidencia el año pasado gracias al apoyo de los votantes rurales, hartos del statu quo y de lo que consideraban la élite política corrupta de Lima. «Fui elegido por los hombres y mujeres olvidados del Perú más profundo, los desposeídos que han sido desatendidos durante más de 200 años», dijo Castillo en una carta manuscrita desde la cárcel. Cumple 18 meses de prisión preventiva mientras se le investiga por presuntos delitos de rebelión y conspiración, que él niega.

Víctimas de la violencia

A la fecha, nás de 500 manifestantes y fuerzas de seguridad resultaron heridos en las protestas que se extendieron por todo Perú tras la destitución de Castillo por los parlamentarios la semana pasada. Boluarte, que fue el compañero de fórmula del outsider Castillo en su sorprendente victoria del año pasado, dijo que intentó por todos los medios «proteger» a Castillo de un Congreso hostil compuesto por élites que hicieron imposible que el nuevo político gobernara desde el momento en que dejó atrás su casa de adobe de dos plantas en la sierra andina para llegar al neobarroco palacio presidencial de Lima.

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