En la quinta misa transmitida en directo desde la Capilla de la Casa Santa Marta, en el séptimo aniversario de su elección al trono papal, Francisco nos invita de nuevo a rezar por los enfermos de coronavirus, pero en particular reza por los pastores.
«En estos días nos unimos a los enfermos, a las familias, que sufren esta pandemia. Y también me gustaría rezar hoy por los pastores que deben acompañar al pueblo de Dios en esta crisis: que el Señor les dé la fuerza y también la capacidad de elegir los mejores medios para ayudar. Las medidas drásticas no siempre son buenas, por eso rezamos: que el Espíritu Santo dé a los pastores la capacidad pastoral y el discernimiento para que proporcionen medidas que no dejen solo al santo y fiel pueblo de Dios. Que el pueblo de Dios se sienta acompañado por los pastores y el consuelo de la Palabra de Dios, los sacramentos y la oración».
El Papa, obviamente, no se refiere a las medidas tomadas por el gobierno para contener el contagio evitando las reuniones públicas, sino que se dirige a los pastores para tener en cuenta las necesidades de los fieles que necesitan ser acompañados espiritualmente en un momento tan dramático.
En su homilía, comentando las lecturas del día, y en particular la parábola de los viñadores asesinos, habla de la infidelidad al pacto de los que se adueñan del don de Dios que es riqueza, apertura y bendición, y lo enjaula en una doctrina (Mt 21:33-43.45).
«Ambas lecturas son una profecía de la Pasión del Señor. José vendido como esclavo por 20 siclos de plata, entregado a los paganos. Y la parábola de Jesús, que claramente habla simbólicamente del asesinato del Hijo. Esta historia de «un hombre que poseía un pedazo de tierra, plantó una viña allí – el cuidado con el que lo había hecho -, la rodeó con una cerca, cavó un lagar en ella, construyó una torre, lo había hecho bien, luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje».
Fuente: Vatican News.