Previo a la apertura del Sínodo de los Obispos, el Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, Arzobispo de Trujillo (Perú), ofreció una breve entrevista a Radio Vaticano, emisora radial internacional de la Santa Sede, donde reflexionó sobre el rostro de la Iglesia Católica convocada a esta importante cita con el Papa Francisco. También habló sobre la preparación que ha llevado a cabo la Iglesia en proyección a la Primera Asamblea Eclesial.
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«¿Qué significa esta palabra? El Sínodo significa caminar juntos, ¡todos nosotros! No sólo los obispos, sino todo el pueblo de Dios», dijo en la entrevista.
¿Cómo se prepara la Iglesia latinoamericana para el Sínodo?
Respuesta: Hemos iniciado la preparación especialmente con la realización de la primera Asamblea Eclesial, con el tema «Aparecida: memoria y desafíos actuales». El Papa lo tiene muy presente, «mi esperanza», dijo Francisco, «es la Asamblea Eclesial». Por nuestra parte ha habido un esfuerzo sin precedentes, hemos llegado a consultarle a 70.000 personas, a título individual y en grupo, sobre esta Asamblea. Creo que la escucha es la mejor preparación que existe para el Sínodo de la Sinodalidad. Habrá una gran escucha a nivel de todos los continentes a través de la Iglesia universal y hemos empezado esta escucha con estas preguntas al pueblo de Dios, que han dado lugar a un documento de 200 páginas.
La Iglesia latinoamericana vive ya una experiencia sinodal permanente por el tipo de relación que se establece entre las diócesis y las Conferencias Episcopales. ¿Qué valor añadido aporta este nuevo itinerario deseado por el Papa? ¿Qué frutos espera?
Respuesta: Como he dicho antes, esta gran escucha del pueblo de Dios tiene un enorme valor para nosotros. Nuestra experiencia, como Iglesia latinoamericana, comenzó en Río de Janeiro, pero yo diría que ya en Medellín donde hubo esta escucha, esta consulta del pueblo de Dios. Los fieles, los laicos, los religiosos, los obispos, los cardenales, todos participaron en esta petición. Esta es la novedad. Después habrá preguntas, una consulta a los episcopados, pero ahora los protagonistas son los fieles. Una pirámide invertida. ¿Qué esperamos? Hay mucha esperanza. Son muchos los retos que Aparecida propuso, pero que aún no se han concretado. Sínodo significa caminar juntos, ¡pero todos! No sólo los obispos, sino los fieles y los pastores, todos juntos. Caminar para discernir, para comprender lo que Dios nos pide en este momento de la historia. Creo que el Sínodo sobre la sinodalidad dará lugar a una fuerte petición en este sentido, es un imperativo que está tomando forma en este momento.