Editorial de Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)
El magisterio de la Iglesia latinoamericana y caribeña ha registrado, de diversas formas, la necesidad de reconocer y promover el protagonismo de la mujer en la sociedad como en la vida de la Iglesia.
La V Conferencia General del Episcopado subrayó que “en esta hora de América Latina y el Caribe, urge escuchar el clamor, tantas veces silenciado, de mujeres que son sometidas a muchas formas de exclusión y de violencia en todas sus formas y en todas las etapas de sus vidas”, llamando la atención sobre la situación de las mujeres pobres, indígenas y afroamericanas, quienes han padecido históricamente “una doble marginación”.
De ahí que el Documento de Aparecida reconociera el imperativo de dar a la mujer el lugar que le corresponde en nuestro continente, pues “urge que todas las mujeres puedan participar plenamente en la vida eclesial, familiar, cultural, social y económica, creando espacios y estructuras que favorezcan una mayor inclusión” (DAp 454).
Hoy como ayer reconocemos que “las mujeres constituyen, en general, la mayoría de nuestras comunidades, son las primeras transmisoras de la fe y colaboradoras de los pastores, quienes deben atenderlas, valorarlas y respetarlas” (DAp 455). En este sentido, en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe nos hemos sentido interpelados por los cambios y los pasos que debemos dar para reconocer y valorar el rol y el aporte de la mujer en la historia, en la sociedad y en la propia Iglesia.
Este, sin duda, es uno de los desafíos prioritarios que queremos abrazar desde la perspectiva pastoral y sinodal que ha conducido los itinerarios de renovación y de reestructuración del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), inspirados por el Magisterio del Papa Francisco.
Tan necesarios son los espacios para que las mujeres de los pueblos originarios, afrodescendientes y campesinas compartan sus conocimientos, experiencias y prácticas en diversos ámbitos eclesiales, como el impulso que debemos dar al desarrollo de una auténtica pastoral de la mujer a nivel local, nacional y continental, que garantice su promoción integral y participación efectiva en la vida de la Iglesia y de la sociedad. También es imprescindible enfatizar el rol de las mujeres en diversos ámbitos: la política, la economía, la academia, la cultura… y en muchos otros ‘areópagos’ de la sociedad.
Campaña continental
En este sentido, desde el CELAM damos inicio a la campaña continental “Mujeres gestoras del cambio”, una iniciativa con la que buscamos visibilizar los aportes de las mujeres, desde sus servicios y carismas, a la sociedad y a la Iglesia, a través de expresiones de sensibilización, espacios de formación y acciones concretas de incidencia, de la mano de diversas organizaciones eclesiales de nuestro continente y en sintonía con los desafíos de la Asamblea Eclesial, y con un acento sinodal.
“Las mujeres son protagonistas de una Iglesia en salida”, nos ha recordado el Papa Francisco, subrayando su capacidad de acogida y anuncio de la ‘buena nueva’: “En la historia de la salvación es una mujer la que acoge el Verbo; y también son las mujeres las que en la noche oscura custodian la llama de la fe, las que esperan y proclaman la Resurrección”[1]. María, llena de Gracia, nos anima al “desborde del amor creativo del Espíritu, y nos impulsa a salir sin miedo al encuentro de los demás”[2], como tantas mujeres evangelizadoras y misioneras de nuestro continente.
[1] Mensaje del Santo Padre Francisco a las participantes en un seminario web organizado por la consulta femenina del Consejo Pontificio de la Cultura sobre el tema “Las mujeres leen al Papa Francisco”. 7 de octubre de 2020.
[2] Cf. Mensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, 15 de octubre de 2021.