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Ante el incremento de contagios diarios por coronavirus en el país, Monseñor Miguel Cabrejos, OFM, Presidente del Episcopado Peruano y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, invocó a todos los líderes políticos a unir esfuerzos y convocar “a los expertos que conocen más los temas para poder trabajar en equipo” con el fin de contrarrestar los efectos del COVID-19. Según cifras oficiales del Ministerio de Salud, hay más de 164.000 contagiados y más de 4500 muertos por la pandemia.

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Necesitamos un liderazgo especializado y compartido para vencer este monstruo que conocemos como coronavirus”, enfatizó el Arzobispo de Trujillo durante su homilía por la Solemnidad de Pentecostés, este 31 de mayo, desde la Basílica Catedral de Trujillo en La Libertad.

Asimismo, precisó que, si bien no podemos tocarnos con las manos por razones sanitarias, sí podemos hacerlo con “el corazón, con los ojos, con una sonrisa, con una palabra de aliento y con el apoyo, ayudando y orando”. “El amor rompe todas las barreras, todas las prohibiciones. Contra la caridad no hay preceptos”, añadió.

En las últimas semanas, se dio a conocer que Cáritas del Perú y Cáritas Diocesanas atendieron a más de 190.000 familias necesitadas, mediante la promoción de diversas campañas solidarias. Como se recuerda, el pasado 25 de marzo, en medio del aislamiento social obligatorio, la Conferencia Episcopal Peruana puso a disposición Cáritas del Perú y las Cáritas Diocesanas, con el propósito de para atender a las familias y grupos vulnerables que están pasando urgente necesidad.

Acudir a Jesús resucitado

Por el lado de la fe, agregó Mons. Cabrejos, es necesario contar con la presencia de Dios. “La vida sin Dios es demasiado dura, sin su aliento es demasiado dura, sin esperanza es demasiado dura”, sostuvo.

Además, acotó que el coronavirus ha puesto de rodillas a la humanidad entera, a la ciencia y al poder económico. “Jesús, dando paz a sus discípulos, les pidió que continuaran con su misión. También hoy, desde nuestros confines y limitaciones, Jesús nos da una misión: defender la vida”, explicó.

Al finalizar su homilía, en conmemoración del descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles de Jesucristo, Mons. Cabrejos invitó a los fieles a amar la vida, porque “significa amar a Dios”.

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