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Lima, Perú.

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Ante la difícil situación por la que atraviesan pescadores artesanales y pobladores de las zonas impactadas por el derrame de petróleo, la Red de Ollas Comunes de Lima (ROCL), un conjunto de instituciones de la sociedad civil e instituciones del Estado, en coordinación con Resucita Perú Ahora (RPA) y Cáritas Lima han lanzado una campaña de recolección de alimentos para ayudar a los damnificados de Ventanilla, Santa Rosa y Ancón.

Esta actividad se llevará a cabo el próximo lunes, iniciándose con la recuperación de alimentos en el mercado de Santa Anita, de propiedad de la Empresa Municipal de Mercados S.A (EMMSA), consistente en recolectar productos donados o adquiridos a menor costo, gracias al gesto solidario de los comerciantes con las ollas comunes.

Como parte de su estrategia de autoabastecimiento y en aplicación de un convenio con EMMSA, la Red de Ollas Comunes de Lima acude semanalmente a dicho centro de abastos a fin de recuperar alimentos para destinarlos a sus beneficiarios, sin embargo, por acuerdo unánime de sus integrantes, ha decidido donar todo lo acopiado este día a las ollas que agrupan a la población más afectada.

A fin de optimizar las labores de recuperación, selección, traslado y distribución de los alimentos, se han conformado comisiones de trabajo con la participación de representantes de los 15 distritos que integran la Red, a quienes se suma Cáritas Lima con aportes en comestibles y mascarillas.

“Esperamos llevar alimentos, pero también esperanza y solidaridad. Los pescadores artesanales desde hace meses vienen donando parte de su pesca a las ollas comunes, a través del Programa Nacional A Comer Pescado del Ministerio de la Producción, y ahora no podemos ser indiferentes en una situación como esta”, dijo Fortunata Palomino, presidenta de la Red de Ollas de Lima.

A manera de reflexión sobre la campaña, manifestó que en los momentos críticos “la solidaridad se manifiesta entre que los que más necesitan, nadie tiene tan poco que no pueda compartir ni nadie tiene lo suficiente que no requiera recibir, es un gesto de amor hacia el necesitado que se expresa libremente”.

“Ello no quiere decir que dejemos de exigir a la empresa responsable del derrame y a las instituciones del Estado que les compete, que asuman el costo y remediación del desastre ambiental y humano, que se sancione a los responsables y se garantice que nunca más vuelva a ocurrir algo similar”, acotó.

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