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Jr. Estados Unidos 838. Jesús María.
Lima, Perú.

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En su reflexión dominical correspondiente al XII Domingo del Tiempo Ordinario, el Arzobispo de Trujillo, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, nos enseña que la fidelidad a la vocación es una conquista diaria que conoce dudas y crisis, pero el Señor defiende y reivindica sin cesar a quién ha sido encontrado justo «en el corazón y en la mente» (v. 12), quien «le ha confiado a Él su causa» (v. 12), quien es «pobre y tiene la vida entre las manos de los malhechores «(v. 13).

En otro momento de su mensaje, Monseñor Crabrejos recordó que, incluso en los momentos más amargos, la esperanza en un Dios justo siempre se alza en el horizonte. El Señor nos llama a luchar contra la opresión, la marginación y la injusticia, confiando en que Él estará cerca como «un leal defensor». Dios sostiene a sus fieles y no los abandona en los momentos oscuros del dolor.

Dios sostiene a su fiel y no lo abandona

El Arzobispo de Trujillo subrayó la presencia tierna y amorosa de Dios que vela sobre los discípulos de Cristo, atendiendo incluso a las realidades más pequeñas y frágiles, como los gorriones y los cabellos.

Asimismo, hizo hincapié en que aquellos que han dado testimonio con valentía, incluso frente a los tribunales, no serán desconocidos por Cristo, tal como señaló en el Sermón de la Montaña: “Nunca los he conocido; aléjense de mí, agentes de iniquidad” (Mt 7,23).

Monseñor Miguel concluyó su discurso invitando a todos los hermanos y hermanas a examinarse ininterrumpidamente en relación a las dos líneas fundamentales de la especificidad cristiana: la fe radical en Dios Padre y la solidaridad con el destino de Cristo crucificado. De esta doble relación vital surge la libertad de los discípulos frente a los miedos y las presiones humanas, así como el compromiso incondicional con el Evangelio.

A continuación la Homilía Completa de Monseñor Miguel Cabrejos:

XII-DOMINGO-DEL-T-O-A

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