El sacerdote Luis Núñez del Prado (47) de la parroquia San Gabriel Arcángel de Villa María del Triunfo, quien fue el primer paciente grave con COVID-19 por padecer de diabetes y tener problemas respiratorios, fue dado de alta este lunes luego de permanecer internado 54 días en el Hospital Edgardo Rebagliati, ubicado en Jesús María.
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«Nunca pierdan la esperanza, nunca pierdan la fe. Hay que seguir luchando, sí se puede. Hay que ser fuertes y valientes, porque Dios nos da esa fortaleza«, fueron las primeras palabras del sacerdote a un medio local, minutos después de abandonar el nosocomio en medio de los aplausos de los médicos.
Como se recuerda, Núñez del Prado había ingresado al hospital en estado grave, tras contraer el coronavirus. Tenía dificultades para respirar, debido a que sufría una fuerte neumonía atípica, por lo que permaneció en aislamiento, bajo estricto control clínico y con ventilación mecánica.
El sacerdote de la Diócesis de Lurin indicó que ahora pasará una etapa rehabilitación y que con mucho gusto regresaría a sus labores como sacerdote en la parroquia San Gabriel Arcángel. “Tengo que regresar a casa para rehabilitarme con apoyo de los médicos, que me están monitoreando […] He estado muchos días postrado y ahora tengo que pasar por una terapia para volver a caminar y recuperarme”, puntualizó.
Asimismo, agradeció el trabajo de todo el personal de salud y de los médicos que en adelante se encargarán de monitorear su estado de salud. «Son valientes, están realizando esta vocación que juraron. Ellos tienen familia, pero se donan totalmente, por eso escuchémosle siempre, y a ellos que sigan adelante, que no se dejen vencer. Es una batalla y la llevamos todos. Son los ángeles de hoy, son los que nos ayudan a volver a la vida, nos ayudan a curarnos, a ver que no nos contagiemos», finalizó. Luego abordó una ambulancia que lo trasladó a su vivienda.