«La escucha no tiene la finalidad de un marketing religioso. Implica entrar con los pies descalzos en los corazones que se abren y se expresan», enfatizó el Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Monseñor Jorge Eduardo Lozano, durante su saludo a los asambleístas presentes, de manera virtual y presencial, en esta gran jornada el 25 de noviembre.
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El Secretario General del CELAM empezó su intervención, aclarando que la Asamblea Eclesial no finalizará con la Eucaristía del domingo 28 de noviembre. El Prelado precisó que se trata un proceso que comprende diversas fases o etapas, y lo que corresponde a este tiempo es recoger los aportes de cada día y seguir realizando el discernimiento.
Además, trajo a la memoria el momento en que se publicó el Documento Conclusivo de Aparecida. Sobre este último, el Obispo de San Juan (Argentina), resaltó que la prioridad de entonces era lograr que los Obispos se apropiaran de su contenido. Pero muy pronto surgió una preocupación que empieza a sentirse en esta Asamblea Eclesial: cómo lograr que los párrocos se motiven con la Asamblea Eclesial y el camino sinodal que propone Francisco.
“Una respuesta que en gran medida se encuentra en cada uno y su voluntad de adherir a la propuesta del Señor asumiendo los desafíos de la realidad”. Mons. Lozano explicó que se trata de sumarnos todos, hombres y mujeres de fe que con diversos carismas, pues vocaciones y ministerios constituyen ese pueblo de Dios que ha sido invitado a caminar en unidad.
Asimismo, aclaró que la Asamblea Eclesial no es una iniciativa formativa que concluye esta semana, sino un espacio en el que se discute, se comparten inquietudes, se discierne y se imagina el futuro. Es necesario mantener presentes dos palabras del Papa Francisco en su mensaje: Escucha y desborde.
Por último, el prelado argentino indicó la necesidad de aclarar que entre la Asamblea Eclesial y el Sínodo no existe yuxtaposición y menos aún oposición.