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A pedido del Arzobispo de Arequipa, Mons. Javier Del Río, párrocos y rectores, los templos que se encuentran en la Arquidiócesis de Arequipa empezaron a reabrir sus puertas para recibir, de manera individual, a los fieles que desean rezar. Al anunciarlo, Mons. Del Río exhortó a las personas a cumplir de modo estricto el protocolo de bioseguridad establecido para evitar el contagio por COVID-19.

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Como parte del protocolo, previamente consensuado entre la Conferencia Episcopal Peruana y el Ministerio de Salud, se recomienda que no asistan las personas vulnerables o que eventualmente puedan estar infectadas, respetar el número limitado de asistentes a fin de que se mantenga el distanciamiento personal, usar adecuadamente los dispositivos de protección como mascarillas y protector facial, mantener la higiene personal y desinfectarse al ingresar.

Del mismo modo, se pide a los fieles que luego de ingresar no los templos eviten tocar las imágenes, en la medida de lo posible rezar solo de pie o arrodillarse en el piso, más no en los reclinatorios. Además se informa que no habrá agua bendita en la entrada.

«Es muy importante queridos hermanos y hermanas que respetemos el protocolo y que ayudemos a nuestros párrocos a verificar que lo cumplan fielmente quienes acudan a los templos. Los sacerdotes no van a poder hacerlo solos, porque deben también atender a los fieles que deseen confesarse o recibir dirección espiritual, así que les pido a todos que seamos generosos y donemos parte de nuestro tiempo para ayudarlos. Por ahora, sólo se podrá hacer oración individual, pero si todo va bien, dentro de poco podremos retomar también la celebración de la Santa Misa y los otros sacramentos», concluyó Mons. Del Río invitando a la población a permanecer unida en la oración y no desfallecer en la fe.

El Prelado también pidió a los fieles que colaboren en el sostenimiento de la parroquia y con los implementos necesarios para acatar los protocolos, como artículos de limpieza y desinfección, ya que los templos han estado cerrados desde el mes de marzo y no han recibido ningún tipo de ingresos.

Los sacerdotes continuarán disponibles en los despachos o casas parroquiales para los que deseen confesarse o para la atención a enfermos, exequias de difuntos u otra necesidad.

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