- Comentario de la Semana [12 de julio- 16 de julio]
Jesús nos recuerda la necesidad del descanso: ‘un tiempo para mí mismo’ que debe ser reparador, enriquecedor y creativo, evitando ser “anestesiado por la diversión”[1]. El mandato del amor cristiano: “ama a tu prójimo como a ti mismo”, es parte de virtud de la caridad e incluye un sano amor a sí mismo; y la razón es sencilla, si Dios me ama tanto, yo no puedo renunciar a amarme. Parte de ese sano amor por mí mismo es saber descansar.
Con una visión contemplativa de lo cotidiano escribe Poupard: “Como Dios es la profundidad de toda experiencia humana, él está en todas las experiencias del hombre… Todas las experiencias auténticamente humanas como el trabajo, el dolor, el amor, la libertad, el tiempo libre e incluso la muerte ponen en comunicación con el Tú divino. Toda realidad humana es un desafío para la fe…”[2]
Anunciar y descansar. Contemplar y trasmitir, es la experiencia del discípulo con Jesús. Por eso, dice el Papa Francisco: Los verbos “ver, tener compasión, enseñar…los podemos llamar los verbos del Pastor… y están siempre asociados con la actitud de Jesús: su mirada, en efecto, no es la mirada de un sociólogo o de un reportero gráfico, Él mira siempre con «los ojos del corazón». Incluso su compasión, no es solamente un sentimiento humano, sino que es la conmoción del Mesías en quien se hizo carne la ternura de Dios. Y de esta compasión nace el deseo de Jesús de alimentar a la multitud con el pan de su Palabra.”[3]
Que la Santísima Virgen del Carmen nos bendiga y proteja.
P. Guillermo Inca Pereda
Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal Peruana
[1] Papa Francisco, Audiencia General, 5 de setiembre de 2018
[2] P. Poupard, Il Vangelo nel cuore delle culture, Roma 1988, 49
[3] Papa Francisco, Ángelus, del 19 de julio del 2015