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Con profundo espíritu de acción de gracias, la Iglesia de Chiclayo celebró este domingo 21 de septiembre, en la Parroquia “Santa María” Catedral, la Santa Misa por el cumpleaños de Mons. Edinson Edgardo Farfán Córdova, O.S.A., Obispo de Chiclayo.

La celebración eucarística fue presidida por Mons. Farfán y concelebrada por el Obispo Emérito de Chiclayo, Mons. Jesús Moliné Labarta, junto a diecisiete sacerdotes. Participaron también un diácono, quince acólitos, veinte seminaristas, religiosas, autoridades civiles, políticas y militares, además de numerosos fieles laicos, quienes manifestaron su gratitud y afecto hacia su Pastor.

En su oración inicial, Mons. Farfán agradeció a Dios “por concederme un año más de vida y permitirme celebrarlo en la fe, rodeado de hermanos que rezan por el bienestar de este servidor”. Asimismo, destacó que la jornada coincidiera con el Día Internacional de la Paz, invitando a la comunidad a rezar con especial intensidad por este don tan necesario en el mundo.

Homilía: “Un administrador fiel, prudente y profético”

Durante su homilía, titulada “Un administrador fiel, prudente y profético”, el Obispo de Chiclayo reflexionó sobre la justicia social, la importancia de la oración constante y la fidelidad evangélica. Inspirado en el profeta Amós, exhortó a no callar frente a las injusticias y a ser “voz profética en medio de una sociedad marcada por la desigualdad, la exclusión y la corrupción”.

“La verdadera fidelidad a Dios no puede separarse de la justicia social. La oración, el culto y la fe carecen de sentido si cerramos los ojos frente al sufrimiento de los pobres y los abusos de quienes sacan provecho de los más débiles”, subrayó.

Siguiendo la exhortación de San Pablo, recordó la necesidad de orar por todos, especialmente por quienes ejercen autoridad, ya que “la vida cristiana y el ejercicio de cualquier responsabilidad deben sostenerse en la oración constante, que abre el corazón a la voluntad de Dios”.

Al comentar el Evangelio de San Lucas, animó a los fieles a poner sus dones al servicio del bien común: “El Señor nos pide ser administradores con vocación de servicio, perseverancia y fidelidad, y no caer en la tentación de la corrupción, la comodidad y el individualismo”.

Acción de gracias

En esta ocasión especial, Mons. Farfán dio gracias a Dios por el don de la vida, por sus padres y por todas las personas que lo han acompañado en su vocación y ministerio. Encomendó su servicio a Jesús Buen Pastor y a María, Madre del Buen Consejo, pidiendo “seguir siendo un administrador fiel en el ministerio episcopal, prudente en el servicio a la comunidad y profético en la defensa de la vida, la justicia y la verdad”.

Finalmente, alentó a las familias a renovar su compromiso cristiano: “La fidelidad comienza en casa. Es en la familia donde aprendemos la honestidad, la solidaridad y el respeto. El verdadero administrador enseña a sus hijos a rezar, a compartir con el necesitado y a construir día a día una sociedad más justa y fraterna”.

La celebración concluyó en un clima de profunda alegría y comunión eclesial, con oraciones por la vida del Obispo y la misión evangelizadora de la Iglesia en Chiclayo.

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