Un momento histórico para la Iglesia y la familia salesiana. Este viernes 30 de mayo, se realizó en la Catedral de Lima la clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación del Siervo de Dios Padre Luis Bolla, sacerdote salesiano que entregó su vida al servicio del Evangelio en el corazón de la Amazonía.
El Padre Bolla, conocido por el pueblo Achuar como Yánkuam’ Jintia —“la estrella que ilumina el camino”—, dedicó más de cinco décadas de su vida a acompañar, evangelizar y compartir la vida con los pueblos indígenas en territorios del Ecuador y Perú, con un testimonio marcado por la sencillez, el sacrificio y una fidelidad radical al carisma de Don Bosco.
La ceremonia que marcó el cierre de esta etapa fue vivida con recogimiento y esperanza, estuvo presidido por el Cardenal Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, junto a él lo acompañaron el Procurador General de la Congregación Salesiana, P. Pierluigi Cameroni, SDB, y su colaborador el P. Gabriel Cruz, SDB, especialmente llegados desde Roma para la ocasión.
También estuvo presente Monseñor Jesús María Aristín Seco, Obispo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas, quien representó con gratitud y emoción a la Iglesia local que tanto conoció y amó al P. Bolla. Su presencia reafirma el compromiso de la Iglesia amazónica de seguir anunciando a Cristo con renovado fervor misionero.
“El testimonio del P. Luis Bolla es una luz viva que sigue guiando nuestros pasos”, expresó Mons. Aristín, destacando el valor evangelizador de una vida entregada al servicio de los más pobres, en particular de los pueblos originarios de la selva profunda.


“Al terminar esta fase diocesana, toda la documentación será entregada en Roma al Dicasterio de las Causas de los Santos, que van a comprobar si todo está correcto. Vamos a obtener, por lo tanto, el decreto de validez del proceso diocesano”, dijo el padre Pierluigi Cameroni.
Con esta conclusión de la fase diocesana, el proceso de beatificación continúa su camino hacia Roma, donde la Congregación para las Causas de los Santos dará el siguiente paso en el discernimiento. Mientras tanto, la Iglesia en el Perú se une en oración y gratitud, celebrando la vida de un misionero que supo encarnar el Evangelio con autenticidad y cercanía.
Sigamos caminando con esperanza
La causa fue oficialmente introducida el 27 de septiembre de 2021, con la emisión del edicto por parte del Arzobispo de Lima. Desde entonces, el proceso ha enfrentado no pocos desafíos. En plena pandemia, con las limitaciones propias del contexto sanitario y la dispersión de los testigos – muchos de ellos en la Amazonía profunda o la lejanía del lugar –, se optó por una estrategia de entrevistas remotas, con la debida autorización del Dicasterio de las Causas de los Santos.
Nacido en Schio (Vicenza), Italia, en 1932, Luigi Bolla profesó como salesiano de Don Bosco y fue ordenado sacerdote con un anhelo: entregar su vida a las misiones. Escuchó la voz de Dios cuando apenas contaba con 11 años: “serás sacerdote”. Ese deseo se concretó en la selva fronteriza entre Perú y Ecuador, donde vivió más de 50 años entre los pueblos Shuar y Achuar. No fue un evangelizador de paso: aprendió la lengua, asumió las costumbres, caminó largas jornadas por trochas y ríos, y sobre todo, amó al pueblo indígena anunciando en forma original el mensaje del Evangelio.
Su muerte en el año 2013 en la ciudad de Lima dejó una huella imborrable. Pero hoy, su figura reaparece con fuerza, no por la nostalgia, sino por el reconocimiento de una vida que desafía el olvido.
Con la conclusión de esta fase diocesana, toda la documentación recopilada será enviada a Roma, donde, una vez validada la Investigación diocesana, se procederá a la redacción de la Positio, con vistas al reconocimiento de las virtudes heroicas del Siervo de Dios.
Para muchos, el nombre Yánkuam’ Jintia no es solo una memoria viva, sino una profecía en camino. La estrella que iluminó la selva Achuar puede muy pronto comenzar a brillar en el firmamento de los santos de la Iglesia.