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Decidida a evitar la burocracia dentro de la Iglesia y dar pronta solución a las solicitudes que llegan a su despacho, desde hace un año la hermana María Elena Camones More, de la Congregación Hijas de Nuestra Señora de la Piedad, viene desempeñándose como Canciller en la Arquidiócesis de Lima. Con esta importante designación de Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, es la primera vez que una religiosa ostenta el cargo de Canciller en la historia de la Iglesia de Lima.

El Papa Francisco acogió en los últimos diez años a honorables mujeres en el desempeño de cargos importantes, el caso más reciente ocurrió con el nombramiento de la religiosa francesa Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de los Obispos, convirtiéndose así en la primera mujer con derecho a voto en un sínodo de la Iglesia.

En sintonía con el camino de renovación propuesto por el Santo Padre, la Arquidiócesis de Lima ha venido promoviendo el liderazgo y la capacidad de servicio de mujeres como la hermana María Elena Camones More, Canciller del Arzobispado de Lima desde 2020.

Conocida por su sencillez, disciplina y amplia experiencia, Camones More se perfila así como la primera religiosa Canciller en América Latina, reto que asumió con profunda emoción: «Para mí ha sido un regalo y también una preocupación, porque no es un rol cualquiera, es una responsabilidad muy grande de acompañar a la Iglesia y ayudar a Monseñor Carlos Castillo», aseguró.

Junto a nuestra primera Canciller se suman mujeres con liderazgo y trayectoria como Veronique Lecaros, Presidente de la Comisión de Escucha; Nora Escalante, Gerente de Operaciones del Arzobispado de Lima; Kelly Montoya, Secretaria de la Comisión de Fe y Cultura; y Magaly Tinoco, Moderadora de la Cancillería del Tribunal Eclesiástico.

«Continuar el camino de servicio»

Rememorando la historia de su vocación, María Elena confiesa que hasta el primer año de la carrera de Educación no había pasado por su mente albergar la idea de la vida consagrada: «Fue una aventura maravillosa porque en mi cabeza no estaba el proyecto de la vida religiosa, pero el Señor me hizo entender – por medio de un sacerdote y de escritos que encontré – que esa era mi vocación. Luego conocí a las hermanas de la Congregación Hijas de Nuestra Señora de la Piedad y me sentí como en casa, me parecía conocerlas desde siempre y me cautivó su alegría”, recuerda.

Después de 18 años de formación en Italia, Camones More retornó al Perú para participar de la Comisión para la Vida Consagrada. Posteriormente ingresó a la Oficina de Vice-Cancillería del Arzobispado de Lima: «Un día tocan la puerta de mi congregación y la Madre superiora me dice que están pidiendo una religiosa para el Arzobispado. Yo le mencioné muchas posibles candidatas que podían ocupar el rol, y luego de tres días, mi superiora me pide que yo fuera», relata emocionada.

Fue en noviembre de 2020 que Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, designó a la hermana Maria Elena como Canciller: “Lo tomé como un reto y una manera de ser más eficaz, más rápida y dar mi ayuda a quienes me necesitan. Pero también lo tomé con preocupación, porque tenía miedo de no hacerlo correctamente, y si bien conocía el cargo, ahora me tocaba asumirlo y hacerlo del mejor modo posible”.

Evitar la burocracia dentro de la Iglesia. Hoy, ya dedicada a su cargo, la Canciller tiene dos principales consignas: evitar la burocracia y dar soluciones a la mayoría de solicitudes que llegan a su despacho: «Agradezco a Dios por permitirme, a través de esta enorme responsabilidad, continuar este camino de servicio, escucha y acompañamiento».

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