Este jueves 19 de mayo, en su discurso a los participantes en la Conferencia Internacional del Grupo Santa Marta, comprometido en la lucha contra las formas modernas de esclavitud, el Papa Francisco pidió una visión ética renovada de la vida política, económica y social, centrada en las personas y no en el beneficio. En este sentido, el Santo Padre plateó la necesidad de apoyar a las víctimas de la delincuencia, que con demasiada frecuencia quedan olvidadas y sin voz
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El Grupo, creado en 2014, reúne a dirigentes de diversas organizaciones policiales, gubernamentales, civiles y religiosas que comparten conocimientos, experiencias y buenas prácticas para prevenir y combatir la trata de personas y las formas modernas de esclavitud. En su discurso, el Pontífice reiteró seguir asistiendo a las víctimas de este fenómeno en un proceso de curación y recuperación de la autoestima.
Renovar la visión ética de la vida política, económica y social
El Pontífice definió como «actividades criminales» las que operan en el complejo mecanismo de la trata de personas en el mundo – fenómeno que considera una verdadera «plaga»- y que «violan la dignidad y los derechos de hombres, mujeres y niños» con «efectos duraderos en las víctimas, en particular, y en la sociedad en general». A los que se dedican a intentar erradicar esta plaga el Pontífice dirige un vivo agradecimiento. Francisco recuerda cómo -en los años transcurridos desde su creación- el Grupo Santa Marta se ha dedicado a promover una comprensión cada vez mayor del alcance y la naturaleza de la trata de personas, reforzando la colaboración a nivel internacional, nacional y local para «encontrar formas eficaces» de combatirla. Por ello, espera que las víctimas reciban los cuidados necesarios, tanto físicos como espirituales.
Las víctimas de la trata no tienen voz
Es imprescindible -subraya el Papa- apoyar, acompañar y reintegrar a las víctimas de la trata de seres humanos en nuestras comunidades y ayudarlas en el proceso de curación y recuperación de su autoestima». El Pontífice no oculta, sin embargo, que la tarea es «verdaderamente ardua», por lo que asegura que hay que animarse a perseverar en la defensa de la dignidad que Dios ha dado a cada persona y en la defensa de los derechos humanos fundamentales. También añade que las víctimas de la trata de personas son olvidadas con demasiada frecuencia y no tienen voz.
Grupo Santa Marta
Con actividades en más de treinta países, el Grupo Santa Marta no pretende imponer una solución única a un problema complejo y transnacional, sino que busca identificar, inspirar e iniciar acciones. El objetivo de esta conferencia era reunir a los principales responsables de la toma de decisiones para reorientar y revitalizar las actividades a la luz del empeoramiento de la situación en todo el mundo, causado también por la persistencia de los conflictos y la inestabilidad en muchas regiones.