La ciudad de Iquitos se convirtió hoy en la sede de un encuentro histórico: la Cumbre Amazónica del Agua, organizada por la Vicaría del Agua del Vicariato Apostólico de Iquitos. El evento, que se extenderá hasta el 3 de octubre, fue inaugurado con un discurso de Mons. Miguel Ángel Cadenas, OSA, Obispo de Iquitos, quien llamó a los participantes a vivir este espacio como una oportunidad de coordinación y esperanza en la defensa del agua, la vida y la Amazonía.
La inauguración incluyó una solemne Santa Misa concelebrada por obispos de la Amazonía, sacerdotes, religiosos y religiosas, junto a comunidades indígenas, delegaciones de parroquias, jóvenes, líderes sociales y especialistas en ecología. Desde el altar amazónico levantado en Iquitos, la Iglesia recordó que el agua no es un recurso más, sino un don sagrado que sostiene toda forma de vida.

Un encuentro inspirado en la liturgia de la Iglesia
Mons. Cadenas explicó que las fechas elegidas para la Cumbre Amazónica del Agua no son casuales, sino que están íntimamente vinculadas con la vida espiritual de la Iglesia:
- 1 de octubre, memoria de Santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones, cuya vida contemplativa inspira a ralentizar el tiempo y escuchar a Dios, frente al extractivismo que acelera y agota los recursos.
- 2 de octubre, fiesta de los Ángeles Custodios, recordando que no estamos solos en la defensa de la creación, sino acompañados por los ángeles como ministros de la providencia divina, según San Agustín y Santo Tomás de Aquino.
- 3 de octubre, día central del encuentro, abierto a la acción del Espíritu Santo y a la escucha de los pueblos amazónicos.
- 4 de octubre, memoria de San Francisco de Asís, patrono del medio ambiente y símbolo de la ecología integral, fecha que coincide con la clausura del Tiempo de la Creación en la Iglesia católica.
“Por eso esta Cumbre se celebra del 1 al 3 de octubre: para que Teresa de Lisieux, los Ángeles Custodios y Francisco de Asís iluminen nuestro camino”, afirmó el obispo.

El agua como experiencia vital y espiritual
En su intervención, Mons. Cadenas se apoyó en los aforismos de Juan Carlos Galeano, poeta amazónico colombiano, para invitar a los asistentes a redescubrir el valor del agua desde la experiencia humana, espiritual y cultural.
“El río no solo se estudia, se siente”, citó el obispo, recordando tragedias ambientales que marcaron la historia reciente:
- El derrame de petróleo en San José de Saramuro (2000), que ennegreció las aguas del Marañón y cuya pérdida de biodiversidad fue incalculable.
- La contaminación en Punchana (2015), donde un caño abierto sigue arrojando aguas servidas y desechos al entorno, pese a una sentencia favorable del Tribunal Constitucional.
- La histórica sentencia conseguida por las mujeres kukama de Huaynakana Kamatahuarakana, que reconoció al río Marañón como titular de derechos.
“Estas heridas nos recuerdan que el agua no puede seguir tratándose como mercancía o desecho. Es un ser vivo, sujeto de derechos, fuente de vida que debemos cuidar”, enfatizó Mons. Cadenas.

Agua, alimento y Eucaristía
El obispo vinculó el tema del agua con la seguridad alimentaria y la fe cristiana. Destacó la importancia del bagre dorado (Brachyplatystoma rousseauxii), un pez que recorre 11,000 km desde los Andes hasta el estuario del Amazonas, símbolo de la conectividad amazónica.
Asimismo, relacionó el cuidado de la comida amazónica con la Eucaristía, recordando que los discípulos reconocieron a Jesús Resucitado en una comida con pescado:
El banquete escatológico del Reino de Dios es un aliciente para cuidar nuestro pescado actual. Así, nuestra esperanza en el encuentro con Jesús Resucitado se convierte en fuente de inspiración para custodiar el alimento de hoy.
Una voz de esperanza para la Amazonía
El mensaje de Mons. Cadenas culminó con un llamado a la unidad y a la audacia cristiana:
Bienvenidos a esta Cumbre Amazónica del Agua. Que se convierta en un espacio de coordinación en defensa del agua, de la vida y de la fe en la Amazonía. Somos agua, somos vida, somos esperanza.
Con esta exhortación, el obispo de Iquitos inauguró oficialmente el encuentro, que durante tres días reunirá a líderes indígenas, científicos, pastoralistas y agentes sociales para debatir propuestas concretas que aseguren el futuro de los ríos amazónicos y de los pueblos que dependen de ellos.
La Cumbre Amazónica del Agua prevé concluir el 3 de octubre con la firma de un documento de compromiso, en el que los participantes expresarán su voluntad de defender el agua y promover acciones conjuntas a nivel pastoral, social y ambiental.