Este domingo 28 de diciembre se llevará a cabo la ordenación de Castro como Obispo Coadjutor del Vicariato Apostólico de San Ramón.
Por Nivardo Córdova Salinas (Diario Expreso)
Fr. Pedro Castro Castro OFM nació en Lima en 1961 y es sacerdote de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú. Hasta antes de su designación como obispo coadjutor en el Vicariato Apostólico de San Ramón, fue Vicario Provincial de los XII Apóstoles del Perú, Vicario Parroquial de Santa Maria de Jesús en Comas, Diócesis de Carabayllo, y director de Prensa Franciscana.
En esta entrevista para EXPRESO, comenta que San Ramón es todo un reto pastoral por la amplitud de este territorio, diversidad cultural y los aspectos socioeconómicos y ambientales.
Monseñor Pedro Castro Castro, como religioso franciscano, ¿qué significa para usted haber sido elegido obispo coadjutor del Vicariato Apostólico de San Ramón?
Es una pregunta difícil de responder. Sinceramente, hasta ahora, yo también me hago la misma interrogante. Seguramente, comprenderé mejor el llamado del Señor en el camino del servicio, por ahora, puedo decir como nuestra Madre: he aquí tu servidor, hágase según tu voluntad.
¿Qué características tiene este Vicariato?
El Vicariato Apostólico de San Ramón está en el corazón de la selva central con una superficie de 72 409 km2 y cerca de medio millón de habitantes. El vicariato confiado al inicio a los franciscanos, abarca dos provincias de la Región Junín: Chanchamayo y Satipo; de la Región Pasco, la Provincia Oxapampa y de la Región Ucayali parte de la Provincia de Atalaya. En estas regiones predominan las ciudades rurales y las diversas comunidades amazónicas, muy dispersas y de difícil acceso. En esta realidad hay que continuar con el trabajo apostólico evangelizador con un componente fuertemente social de atención a la persona humana y a la salvaguarda de la creación.
¿Cómo piensa abordar esta situación?
La presencia de la Iglesia en la selva central data desde el siglo XVII con las misiones franciscanas con el objetivo de evangelizar a los pueblos nativos. La evangelización se ha dado de manera integral. Juntamente con el establecimiento de los poblados se fundaron escuelas para el aprendizaje de la lectura y escritura, enseñanza de la doctrina cristiana mediante la música y la liturgia, aprendizaje de oficios, etc. Una muestra actual de lo que decimos es el convenio del Vicariato con la Universidad Católica Sedes Sapientiae, esta Universidad tiene una filial en la Provincia de Atalaya, desde el 2008, gracias a las gestiones de Monseñor Gerardo Zerdin. Mi labor por tanto no puede ser otra que continuar con esta encomiástica labor con la ayuda de los misioneros y misioneras, de las autoridades locales, de los laicos, y por supuesto, de la mano del Señor.
¿Cuál será la tónica de tu labor?
Como obispo coadjutor colaboraré, estrechamente, con Monseñor Gerardo Anton Zerdin, ofm, en el pastoreo del Vicariato. Como ya he mencionado, hay que continuar con el trabajo realizado por los misioneros y misioneras, fortalecer la presencia de la Iglesia en los ámbitos pastoral y social desde el horizonte marcado por la sinodalidad. Para que esta sea efectiva y renovadora hay que continuar trabajando por la transformación de los corazones. Sin una entrega incondicional a Dios, a semejanza de la Madre de Jesús, no habrá respeto ni cuidado por la vida y la naturaleza. La pandemia de la corrupción en sus diferentes variantes y niveles no es sino señal de un corazón enfermo y esclavo, donde Dios está ausente. Como dijo Jesús: “sin Mí nada podéis hacer” (Jn 15, 5); sin Él no se puede crecer como persona, como familia y sociedad.
Antes de su nombramiento como obispo coadjutor, usted ha venido trabajando en diferentes áreas de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú, ¿Qué puede comentar sobre esa experiencia?
Me he desempeñado en áreas de la pastoral, principalmente en las parroquias, algunas veces como formador y profesor de teología, últimamente en la parte canónica y medios de comunicación. Pero mi mayor tesoro espiritual reside en la experiencia tenida desde los inicios. En mi juventud, he participado en los grupos juveniles, catequesis, grupo de oración de la Renovación Carismática Católica (RCC), retiros juveniles. Ya como franciscano y sacerdote he acompañado a los grupos de retiro Bodas de Caná y Movimiento Juan XXIII; colaborado en la asistencia espiritual a la RCC, Legión de María, Juventud Franciscana, Orden Franciscana Seglar, y en los últimos años he acompañado al Apostolado de la Preciosa Sangre. Muy significativo fue también haber compartido algunos años con la Asociación Heraldos del Evangelio. En resumen, he sido muy agraciado por el Señor y su santísima Madre.
¿Cuáles son las tareas fundamentales de la Iglesia hoy en la selva peruana?
Hay que seguir trabajando para que las comunidades nativas valoren, cuiden y defiendan los recursos naturales no solo por el bien de ellos sino también por el bien de la creación. Es lo que se llama el desarrollo sostenible. Por prejuicios ideológicos se ha demonizado el capital, pero, este es tan necesario como la tecnología para el desarrollo de los pueblos, en este caso no solo para producir, sino también, para preservar los recursos naturales, proporcionar trabajo, educación y salud. En otras palabras, se trata de elevar la calidad de vida de los pueblos y comunidades, salvaguardar y potencializar los recursos naturales. Los nativos además de preservar sus costumbres tienen derecho a mejorar su calidad de vida. Es necesario trabajar en conjunto: Estado, empresa privada, Iglesia y instituciones de desarrollo para que se pueda avanzar en el desarrollo de nuestros pueblos.
Ceremonia
En la Catedral de San Ramón (Chanchamayo – Junín) se realizará este domingo 28 de diciembre a las 11 a. m. la Ordenación Episcopal de Fr. Pedro Castro Castro OFM como Obispo Coadjutor del Vicariato Apostólico de San Ramón, por imposición de manos del Nuncio Apostólico Mons. Paolo Rocco Gualteri.