Monseñor Jesús María Aristín Seco, C.P., Obispo Vicario Apostólico de Yurimaguas, difundió un mensaje expresando su profundo dolor ante la creciente ola de violencia que “hiere el corazón de nuestra querida Perla del Huallaga”, citando el pasaje bíblico: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud” (Jn.10,10).
El Obispo señala que más de 20 niños han fallecido víctimas de tos ferina en comunidades nativas muy alejadas de la provincia del Datem de la capital Marañón; una ola de suicidios de jóvenes en Yurimaguas; la muerte de María Santos Vela a manos de su padrastro sucedida el 18 de octubre; y el asesinato del profesor Encarnación Tangoa Yupe en la comunidad de Balsapuerto quien ejercía como médico vegetalista acusado de “brujo”, el pasado 23 de octubre.
Dice el pronunciamiento que estas muertes han sido provocadas por circunstancias que las autoridades, instituciones, organizaciones, y familias deberemos responder. “El Señor continúa preguntando como lo hizo a Caín: ¿Dónde está tu hermano?”.
Monseñor Aristín hizo un llamado a la gente de buena voluntad para que valoren la vida, cuidándola y protegiéndola; a los jóvenes, para que no se dejen seducir por el mal; y a las autoridades porque “su papel principal es salvaguardar la vida de la gente y sobre todo de la vida de los más vulnerables. La muerte no puede ser un número para las estadísticas o para la noticia”, señaló.
Al final del mensaje el Vicario Apostólico de Yurimaguas pidió una conversión del corazón porque la violencia nade donde falta el respeto, la ternura y el reconocimiento del otro como igual. “El Señor es misericordioso y conoce las heridas más profundas del corazón humano. No se sientan solos, no dejemos que la indiferencia sea nuestra respuesta”, concluyó.
Mensaje-a-la-comunidad-de-Mons.-Aristin