“El seminario es un don inmenso y exigente, pero nunca están solos en este camino”, expresó Su Santidad en una carta enviada desde Ciudad del Vaticano.
Con profunda gratitud y cercanía con la Iglesia en el Perú, el Papa León XIV dirigió una carta al Seminario Mayor Arquidiocesano “San Carlos y San Marcelo”, casa de formación sacerdotal que pertenece a la Arquidiócesis Metropolitana de Trujillo, con motivo de sus 400 años de fundación. La misiva pontificia fue leída durante la Santa Misa de Acción de Gracias celebrada en el Santuario de Santa María de Guadalupe, en el distrito de Moche, y presidida por Monseñor Alfredo Vizcarra Mori, S. J.
La celebración reunió a obispos, sacerdotes, religiosas, seminaristas y fieles que, en un clima de oración y alegría, dieron gracias al Señor por cuatro siglos de formación sacerdotal al servicio de la Iglesia en el país.

La carta fue leída por Monseñor Francisco Castro, Obispo Auxiliar de Trujillo, quien, con visible emoción, recordó que el Santo Padre no solo conoce de cerca la historia de esta casa de formación, sino que formó parte de ella. Robert Prevost (hoy León XIV) sirvió como profesor y director de estudios en el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo, experiencia que marcó profundamente su labor eclesial y su visión sobre la importancia de la formación sacerdotal.
La tarea esencial del seminario sigue siendo la misma de siempre: estar con el Señor, dejar que Él los forme, conocerlo y amarlo, para poder parecerse a Él.
Un semillero de vocaciones
Fundado en 1625, el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo es uno de los más antiguos del continente y ha sido, a lo largo de cuatro siglos, un lugar fecundo donde generaciones de presbíteros han sido formados en la oración, el estudio, la vida comunitaria y el servicio pastoral. Actualmente, acoge a seminaristas de distintas jurisdicciones eclesiásticas del Perú, así como a religiosos de diversas congregaciones, manteniendo una tradición académica, espiritual y pastoral reconocida en toda la Iglesia peruana.

En su mensaje, el Santo Padre expresó su agradecimiento a Dios por la trayectoria de este seminario mayor arquidiocesano, que “ha ofrecido, ofrece y seguirá ofreciendo pastores según el corazón de Cristo para las comunidades del Perú”. Asimismo, invitó a la comunidad formativa a custodiar la fidelidad a su misión:
Una palabra de aliento para los seminaristas
Dirigiéndose especialmente a los jóvenes que se preparan para el sacerdocio, el Papa León XIV subrayó que el seminario es un camino de maduración humana y espiritual, en el que todo debe orientarse a la configuración con Cristo:
Queridos hijos, quiero asegurarles que tienen un lugar en el corazón del Sucesor de Pedro. El seminario es un don inmenso y exigente, pero nunca están solos en este camino: Dios, los santos y toda la Iglesia caminan con ustedes.
Recordó que la vocación sacerdotal no puede comprenderse como una meta académica o un ascenso social, sino como la entrega total de la existencia. “Lo decisivo no es ordenarse, sino ser verdaderamente sacerdotes”, afirmó, destacando la importancia de la libertad interior, la recta intención y la disposición sincera para servir al pueblo de Dios.

Oración, estudio y fraternidad, pilares de la formación
El Pontífice también remarcó que la vida en el seminario es un tiempo de discernimiento continuo, donde el encuentro personal con Cristo en la oración, la escucha de la Palabra y la centralidad de la Eucaristía deben sostener todo el camino formativo. “No puede hablar de Dios quien poco habla con Dios”, escribió, invitando a los seminaristas a cultivar una vida espiritual profunda.
Asimismo, subrayó el valor del estudio teológico como un acto de amor y obediencia a la vocación recibida. Citando a san Alberto Hurtado, recordó: “¡Especialízate en Jesucristo!”. El estudio, insistió, no es acumulación de conocimientos, sino preparación para anunciar, con profundidad y cercanía, el Evangelio al mundo de hoy.
En cuanto a la vida comunitaria, exhortó a vivir la fraternidad como signo visible de la comunión eclesial: “Un sacerdote aislado es vulnerable. La Iglesia necesita pastores santos que se entreguen juntos, no funcionarios solitarios”. El Santo Padre advirtió contra la mediocridad y la mundanidad, invitando a los seminaristas a acoger la formación como un proceso serio y alegre de crecimiento humano y pastoral.

Una bendición para toda la comunidad
Finalmente, el Papa León XIV encomendó al Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo a la protección maternal de la Virgen María y a la intercesión de san José.
Que la Virgen María y San José, primeros formadores del sumo y eterno sacerdote, los sostengan a todos en la alegría de saberse amados y llamados. Con estos sentimientos, como signo de cercanía, imparto de corazón la implorada bendición apostólica sobre la comunidad de este querido seminario y sus familias.
Durante la celebración, Mons. Alfredo Vizcarra Mori, S.J., invitó a la comunidad presbiteral a acoger este aniversario como una oportunidad de renovación interior y pastoral. Señaló que la conmemoración de los cuatro siglos del seminario no solo recuerda una historia fecunda, sino que llama a reafirmar el compromiso con la misión que la Iglesia confía a sus ministros.
Pidamos al Señor que este aniversario nos renueve en la verdad de nuestra vocación y nos fortalezca para continuar con fidelidad la gran misión de acompañar y conducir al pueblo de Dios. Que nuestros seminaristas encuentren aquí un espacio para crecer, madurar y entregarse generosamente, esforzándose cada día por configurarse con el único Pastor, Jesucristo”, expresó el Arzobispo.
Asimismo, alentó a los futuros presbíteros a vivir este tiempo de formación con seriedad, entusiasmo y profundidad espiritual, recordando que la llamada al ministerio sacerdotal se sostiene en la oración, la obediencia y la entrega sincera de la propia vida en servicio a los demás.

La Sagrada Eucaristía fue concelebrada por Mons. Francisco Castro, Obispo Auxiliar; Mons. Timoteo Solórzano Rojas, M.S.C, Obispo de Tarma; Mons. Pascual Benjamín Rivera Montoya, T.O.R., Obispo Prelado de Huamachuco, y Mons. Isaac Martínez Chuquizana, M.S.A., Obispo de Cajamarca. También participaron algunos sacerdotes de esta arquidiócesis, religiosas, seminaristas, autoridades académicas de la Universidad Católica de Trujillo y feligresía en general.

A continuación, compartimos el mensaje completo del Papa León XIV dirigida al Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo:
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