Dirección

Jr. Estados Unidos 838. Jesús María.
Lima, Perú.

Contáctanos

La Ciudad Eterna abrió sus puertas al Jubileo de los Catequistas 2025, celebrado del 26 al 28 de septiembre en el marco del Jubileo de la Esperanza. Miles de catequistas procedentes de todo el mundo participaron en este encuentro de fe y misión, que tuvo como punto culminante la Santa Misa presidida por el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, ante casi cuarenta y cinco mil fieles.

En su homilía, el Santo Padre dirigió un fuerte llamado a no ceder a la indiferencia frente a los dramas de la humanidad:

Ante las puertas de la opulencia se encuentra hoy la miseria de pueblos enteros, azotados por la guerra y la explotación. Cuántos Lázaros mueren ante la codicia que olvida la justicia, ante el lucro que pisotea la caridad, ante la riqueza ciega ante el dolor de los miserables, afirmó.

El Evangelio que transforma la vida

Inspirado en el pasaje de Lázaro y el rico, el Papa recordó que Dios siempre mira el corazón y no las apariencias: el pobre es recordado por su nombre, mientras que el rico sin caridad «se pierde a sí mismo, olvidándose del prójimo».

Al mismo tiempo, subrayó que la Buena Noticia es anuncio de vida nueva:

El Evangelio nos dice que la vida de todos puede cambiar, porque Cristo ha resucitado. Conocerlo y anunciarlo no basta: es necesario amarlo. Solo el amor nos abre al rostro del prójimo y nos transforma en testigos creíbles.

Catequistas: sembradores de esperanza

Dirigiéndose a los catequistas, el Papa León XIV recordó que su misión no es solo instruir, sino sembrar esperanza en los corazones:

El catequista es una persona de palabra, una palabra que pronuncia con su propia vida. Educar en la fe no es impartir una enseñanza, sino poner en el corazón la semilla del Evangelio, para que dé frutos de vida buena.

El Pontífice destacó también que la primera catequesis comienza en la familia, «alrededor de la mesa», y que el Catecismo es instrumento de comunión y de camino, que protege de individualismos y discordias.

Nuevos ministerios instituidos

Durante la celebración, 39 candidatos al ministerio de catequista, procedentes de quince países, fueron llamados por su nombre y respondieron con un «Aquí estoy». Tras la homilía, recibieron del Papa la cruz, signo de la fe y de su misión de anunciar el Evangelio «con la vida, las acciones y la palabra».

Participación del Perú

Desde nuestro país, una delegación de 67 catequistas participó en este evento jubilar, sumándose a la gran peregrinación internacional. En representación de la Conferencia Episcopal Peruana, estuvo presente Monseñor Gerardo Antón Zerdín Bucobek, OFM, Obispo del Vicariato Apostólico de San Ramón y Presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica.

En diálogo con Vatican News, Mons. Zerdín subrayó que el perfil del catequista para nuestro tiempo se resumía en tres actitudes esenciales: «ser testigo humilde de la fe, servidor de la comunidad y anunciador perseverante de la esperanza cristiana».

El Jubileo de los Catequistas concluyó el domingo 28 de septiembre en un ambiente de comunión y alegría, dejando a los participantes el compromiso de vivir su servicio como administradores fieles de la Palabra de Dios, llamados a despertar las conciencias en un mundo herido por la injusticia y el egoísmo.

Share: