Con el inicio del tiempo de Adviento, la Iglesia en el Perú se prepara para recorrer un camino de esperanza y renovación espiritual. En este Primer Domingo de Adviento, Mons. Antonio Santarsiero Rosa, obispo de Huacho y secretario general de la Conferencia Episcopal Peruana, ha compartido su reflexión titulada “Vigilen y oren: el Señor está cerca”, invitando a los fieles a vivir este tiempo litúrgico con un corazón despierto y abierto a la presencia de Dios.
Mons. Santarsiero recordó que el Adviento no es un rito que simplemente se repite cada año, sino “una cita real con el Señor”, que viene al encuentro de su pueblo en la vida diaria y en los desafíos que atraviesan nuestras familias y nuestro país. “Adviento es la voz suave de Dios que nos dice: ‘Despierta, estoy cerca’”, expresó.
En su mensaje, subrayó que la vigilancia cristiana nace de la esperanza, no del miedo. “Vigilar es no dejar que el dolor nos adormezca, que la rutina nos cierre, que la desesperanza nos robe la alegría del Evangelio”, señaló. Esta vigilancia se complementa con la oración, que “abre la vida para que la presencia de Dios nos transforme”.
El obispo de Huacho invitó a los fieles a reconocer la cercanía de Cristo en lo cotidiano: en los niños que esperan cariño, en los enfermos que buscan consuelo, en las familias que luchan por salir adelante, en quienes anhelan paz, trabajo y compañía. “Él viene ahí, silenciosamente, para renovar nuestra esperanza”, afirmó.
Finalmente, animó a vivir este Adviento con atención espiritual y disponibilidad interior: “Aunque nos sintamos cansados, Dios camina con nosotros y sostiene nuestros pasos”. Encomendó este tiempo a la intercesión de la Virgen María, “mujer vigilante y llena de esperanza”.
Esta reflexión forma parte de una serie de mensajes que la Conferencia Episcopal Peruana compartirá cada domingo de Adviento, con el propósito de acompañar pastoralmente a los fieles en la preparación para acoger la llegada del Señor.